El jefe de seguridad de CaixaBank despachaba con Fainé sobre Villarejo, pero niega que hubiera espionaje
Fernández Rancaño matiza que el excomisario solo hizo una investigación meramente financiera, sin espiar a nadie
El exdirector financiero de Repsol supuestamente espiado se persona como acusación particular
Repsol encargó a Villarejo espiar a su jefe financiero, al que despidió con 7 millones y volvió a contratar
El exjefe de seguridad de CaixaBank, Miguel Ángel Fernández Rancaño, ha reconocido este martes ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que despachaba directamente con el entonces presidente de la entidad, Isidre Fainé, sobre los informes elaborados por el excomisario Villarejo sobre el intento de asalto de Sacyr a Repsol, según fuentes presenciales en la declaración. No obstante, ha matizado que se trataba de informes meramente financieros sin que en ningún momento hubiera espionaje, ni escuchas telefónicas, ni utilización de bases de datos policiales.
Según estas fuentes, Araújo y el exjefe de seguridad de la petrolera, Rafael Araújo, han explicado que Repsol y CaixaBank contrataron a Cenyt (la empresa de Villarejo) para averiguar las intenciones que tenía Sacyr en 2011, cuando se alió con Pemex para intentar tomar el control de Repsol y repartirse sus activos: los nacionales para la constructora y los internacionales para la petrolera mexicana. Dentro de las acciones encargadas a Cemnyt, el juez incluye el espionaje al entonces director de seguridad de Repsol, Fernando Ramírez Mazarredo, que se ha personado como acusación particular en la causa.
A raíz de esta contratación, Villarejo emitió una serie de informes que Rancaño despachó directamente con Fainé porque su inmediato superior, Vicente Massanell (entonces director general de medios de CaixaBank), «se quitó de en medio» y le pidió que lo tratara directamente con el presidente, siempre según las fuentes.
Ambos han añadido que Repsol y CaixaBank contrataron a medias a Cenyt, pagaban a medias sus honorarios, iban juntos a las reuniones y recibían los informes por duplicado. Escogieron la empresa de Villarejo por el prestigio de que gozaba en 2011 -aunque aseguran que creían que Villarejo tenía una excedencia en la Policía- y porque temían que le contratara «el enemigo», es decir, Sacyr. Para evitarlo, decidieron adelantarse y requerir sus servicios primero.
Villarejo intentó incluir en sus informes información personal sobre el presidente de sacyr, Luis del Rivero, que había obtenido en las investigaciones realizadas para BBVA, de forma que «hacía un dos por uno» y cobraba dos veces por el mismo material. Sin embargo, CaixaBank y Repsol le pararon los pies y le dijeron que se ciñera estrictamente a los objetivos de la investigación.
El consejero de Pemex, Borja Prado y el Real Madrid
Los exjefes de seguridad han asegurado que los informes de Cenyt no aportaban información excesivamente relevante, pero, aun así, Repsol y CaixaBank volvieron a contratar sus servicios en 2014. Se trató de comprobar que el representante de Pemex en el consejo de la petrolera española, Arturo Henríquez, no había acudido a una reunión del órgano de gobierno porque había preferido irse a Alemania en vuelo privado a un partido de Champions League del Real Madrid (que ese año ganó la ‘Décima’) invitado por Borja Prado, entonces presidente de Mediobanca en España -banco de inversión que asesoraba a Sacyr sobre su operativa en Repsol- y posteriormente presidente de Endesa.
Villarejo se limitó a hacer una foto de Henríquez y Prado en el aeropuerto alemán de destino que probaba su presencia en el encuentro de fútbol.
Isidre Fainé es actualmente presidente de la Fundación Caixa, principal accionista de CaixaBank y muñidor de la fusión de la entidad con Bankia: convenció a la ministra Nadia Calviño de la operación. Asimismo, ha conseguido que el BCE le permitiera pasarse del 40% de CaixaBank para mantenerse por encima del 30% de la entidad fusionada, que la CNMV le permita no lanzar opa pese a pasarse de ese porcentaje (ni siquiera le ha obligado a pedir una dispensa) y que el FROB no haga una subasta pública de Bankia como en teoría le obligan las normas europeas de competencia.