Madrid es la comunidad autónoma que menos confisca el sueldo de los contribuyentes

Cristina Cifuentes
Cristina Cifuentes en la Asamblea de Madrid. (Foto: Alberto Cuéllar)

La reforma fiscal llevada a cabo por Mariano Rajoy en 2015 supuso una rebaja en la parte estatal del IRPF (cuyo tipo mínimo es el 9,5%) y dio libertad a los gobiernos regionales para que hicieran lo mismo si querían, siempre y cuando garantizaran la progresividad, es decir, paga más quien más gana. La comunidad autonóma que menos confiscatoria es con las rentas del trabajo sigue siendo Madrid.

Ya vimos hace unas semanas en OKDIARIO que las diferentes fiscalidades son sangrantes en el caso de las sucesiones (hay diferencias abismales entre unas Comunidades y otras) pero en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas las diferencias pueden oscilar entre el 6% de los tipos mínimos al 12 % de los máximos.

Por tanto, en el caso del IRPF,  como la mitad del impuesto está cedido a las autonomías, una persona que tenga igual salario soportará distinta retención dependiendo del lugar de España en el que resida, algo que desde la sociedad civil se viene denunciando pues se considera profundamente injusto.

Como ya nos ocurrió en la anterior publicación sobre el impuesto de sucesiones; Madrid sigue siendo (ya van varios ejercicios) la Comunidad Autónoma que soporta una menor presión fiscal para cualquier salario puesto que ha optado por replicar los mismos tipos del tramo estatal.

Así, el tipo mínimo es del 19%, a saber 9,5% del estatal y lo mismo del autonómico, mientras que Andalucía, Aragón, Asturias y Murcia establecen el mínimo autonómico en el 10%. Extremadura lo sube medio punto hasta el 10,5% y Cataluña lo eleva hasta el 12%.

Fuentes consultadas por este periódico matizan que suelen ser las comunidades más endeudadas las que no rebajan estos impuestos pues se supone que lo hacen para acometer su déficit, aunque luego el dinero se destine a otras cosas, afirman con ironía.

En los tipos máximos y a partir de 60.000 euros, el Estado establece que se aplique un 22,5% dejando en manos de las CCAA la posibilidad de incrementarlos o reducirles en la parte que les corresponde.

También aquí la Villa y Corte apuesta por la «rebaja fiscal» y establece un 21% haciendo un sumatorio final del 43,5% seguida de Castilla y León con un 21,5 en la parte autonómica, detrás de la cual vienen Andalucía, Asturias, Cantabria, Cataluña, La Rioja y Comunidad Valenciana con un 25,5% arrojando un balance total del 48%. Si lo prefieren 5 puntos más que en Madrid.

Así las cosas y mirando escrupulosamente los datos, Cataluña es la región con los tipos más altos tanto para «pobres como ricos» o de forma más académica, para las rentas altas y bajas. Su horquilla oscila entre el 21,5 y el 48%.

Ya saben ustedes que la fiscalidad en los territorios forales es diferente por lo que en País Vasco los tipos oscilan entre el 23% y el 49% en la parte alta y en la baja entre el 20% y el 25%.En Navarra los tipos van del 13% al 52%.

En 2017 Valencia, gobernada por PSOE, Compromis y Podemos se decidió convertirse en la comunidad que más penaliza a las rentas altas para poder bajar lo que pagan los que menos tienen considerando «ricos» a todos aquellos que ingresan a partir de 50.000 euros.

Según el ejemplo que facilita la REAF-REGAF, un contribuyente que gane 160.000 euros al año, que sea soltero y sin hijos y sin ninguna circunstancia personal que le diera derecho a deducciones (tanto estatales como autonómicas) tendría una retención de 62.588,94 euros frente a los 58.125,37 euros que esta misma persona con sus mismas circunstancias tendría que abonar «al señor Montoro» si viviera en Madrid.

Si en vez de esa suerte residiera en Cataluña o Extremadura desembolsaría  a la Hacienda Pública 59.780 y 62.229 euros respectivamente.

Para las rentas medio-altas (aquellos que ganan 45.000 euros) el peor lugar en el que podemos vivir es Extremadura pues pagaríamos de IRPF 9.891 euros, pero si el sueldo se elevara hasta los 70.000 euros la retención sería de 20.000 euros y si se disparara hasta los 110.000 pagaríamos 38.550 euros de IPRF, que se dice pronto.

Si esta misma persona viviera en Madrid, en vez de en Extremadura, pagaría en los tres ejemplos mencionados anteriormente 500, 1.100 o 2.200 euros menos, respectivamente.

Según el INE el salario más habitual en nuestro país es de 16.490 euros por lo tanto, los trabajadores catalanes serian los que más presión fiscal padecen con retenciones superiores a los 1.600 euros frente a los madrileños que deberían pagar algo más de 1.400, es decir, 200 euros menos.

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