MANUAL DEL EMPRENDEDOR

La importancia de la selección de personal: cómo elegir al candidato perfecto

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Foto: GETTY/ISTOCK

Una empresa o un emprendedor, cuando cuelga en Internet una oferta para cubrir una vacante de personal, se encontrará con multitud de perfiles muy similares. Entonces, ¿cómo ser capaz de diferenciar la persona más adecuada en cada caso?

Nos encontramos en un momento en el cual más gente que antaño puede tener acceso a una formación superior. Ello ha facilitado que muchos jóvenes hayan podido cursar estudios universitarios o de grado superior. Todas estas personas, pero, cuando se enfrentan al mercado laboral, encuentran que el número de ofertas de acuerdo a su formación (especialmente en el primer caso) no es capaz de dar respuesta a toda la demanda que se genera.

La subjetividad de la elección

Finalmente, la decisión se acaba tomando por pequeños detalles que, a priori, podrían parecer subjetivos. Se trata de una serie de aspectos que, al final, en el día a día de la empresa, pueden tener un impacto mucho mayor que no tener más o menos conocimientos. Así pues, no hay que sentirse mal por el hecho de creer que se toma la decisión de una forma no totalmente científica, ya que es importante valorar lo siguiente:

  • Voluntad de implicarse y aprender: a veces, es mejor contratar o asociarse con una persona que, aunque con menos conocimientos, muestre ganas de aprender y de implicarse en las tareas que se le encomendarán. Los conceptos o procedimientos siempre se pueden aprender. Ahora bien, la actitud es propia de cada uno. Se trata del aspecto que nos hace diferentes a los otros y, por lo tanto, es el valor principal a mostrar y a destacar cuando alguien se dirige hacia nosotros.
  • Feeling personal: en un proceso de selección de personal, no se busca el mejor profesional. La finalidad es encontrar aquella persona que encaje de manera más adecuada no solamente con el puesto en concreto, sino con nosotros mismos. Será preferible elegir a alguien con quien hemos tenido más afinidad (aunque a priori menos preparado) que otro que haya mostrado grandes habilidades. Se trata de la subjetividad llevada al máximo nivel, pero no por ello menos definitiva.
  • Referencias conocidas: no necesariamente aquella persona que ha funcionado en un lugar lo hará también en otro. Y al revés: quien no ha encajado en una empresa no tiene porque también hacerlo mal en la nuestra. Por lo tanto, las referencias pueden servirnos como guía, pero no deben de ser totalmente definitorias sobre la decisión final. En casos extremos en los que ha habido comportamientos inadecuados, evidentemente, sí hay que realizar el descarte, pero tampoco es la tónica general.

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