¿Por qué los hackers eligieron los bitcoins para el rescate del ciberataque global?

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Bitcoins (Foto:Getty)

Atrás quedaron los robos con maletín en mano para poder transportar el premio del motín. Los delincuentes han descubierto otra forma de esconderse mucho más eficaz que pedir los billetes de inferior valor con el fin de evitar el paso por el banco: el bitcoin.

El ciberataque global sucedido este viernes ha vuelto a sacar a la luz esta moneda electrónica, que fue la escogida por los hackers para pedir el dinero del rescate a las diferentes empresas afectadas por el ransomware.

Pero, ¿por qué en bitcoins?

La razón principal es que es el perfecto refugio para los ladrones: «es una moneda no nominativa, no se puede detectar y no se conoce a la persona que la compra ni el lugar donde la está comprando», explica el analista de XTB Antonio Sales.

Esto quiere decir que esta divisa mantiene al delincuente en el anonimato, lo que supone la perfecta vía de escape. «Les permite cobrar a través de estas monedas y no tener ningún tipo de rastreo», asegura Sales.

«Piden el rescate en bitcoins porque al final, cuando haces un pago en esta moneda, pagas con un número que no puede ser rastreado», subraya Francisco Valencia, experto en ciberseguridad y director de Secure&IT.

No dejar huellas en la escena del crimen es la clave para entender por qué han aumentado los ciberataques a las empresas desde que se crearon las monedas encriptadas, entre ellas el bitcoin o el litecoin. «Las modas no ayudan y la crisis del sector financiero ha despertado una inadversión enorme sobre las grandes instituciones financieras. Esto ha permitido que caiga simpática la visión sobre el bitcoin. Pero creemos que no es una solución al problema, al contrario, fomenta el dinero en curso que se relaciona con actividades poco éticas», indica Gisela Turazzini, CEO de Blackbird.

«Van en paralelo los ciberataques y las monedas digitales. Se han creado este tipo de monedas por el auge de las tecnologías de la información y han aumentado los ciberataques por lo mismo, pero no están asociados necesariamente», afirma Francisco Valencia.

Las criptomonedas no están controladas por ningún organismo ni entidad financiera. No hay intermediarios: están descentralizadas. «Nadie regula el funcionamiento de la misma, no hay cámara de control ni de compensación», señala el analista de XTB.

Es decir, se autorregula sola. Pero, ¿cómo? Su funcionamiento es algo complejo. Cada moneda es única en el mercado: no puede imitarse ni repetirse. «La información está encriptada en la moneda. Se desarrolla a través de un algoritmo, un código, que solo pertenece al poseedor de esa moneda», mantiene el analista de XTB.

El hecho de que fluctúe libremente en el mercado puede ser algo peligroso. «Pensamos que de seguir en esta línea no tardará en ser un enemigo público», explica Gisela Turazzini. «Los mecanismos bancarios están muy regulados para tratar de combatir el terrorismo y el blanqueo de capitales. El bitcoin está encriptado, por lo que es imposible saber quién tiene el capital» y por tanto, saber quién está detrás de las transacciones.

Entonces, ¿cuánto vale un bitcoin?

A pesar de que no se puedan llevar en un bolsillo, las bitcoins suman cada día más adeptos. Su precio ha aumentado en el mercado hasta alcanzar máximos históricos. Aunque nada tiene que ver con el ciberataques ya que el bitcoin se ha apreciado en los últimos meses hasta valer más que una onza de oro. «Su precio se sitúa en los 1730 dólares y continúa subiendo», sostiene Sales.

Sin embargo, los expertos advierten de que la subida en la cotización es una de las más peligrosas. «Igual que puede subir puede bajar porque se trata de un mercado muy volátil», explica el analista de XTB.

El principal inconveniente para los usuarios de bitcoins es transformarlo en efectivo. «Un bitcoin en dinero no tiene un valor constante, fluctúa mucho en el mercado. Es decir, quien tiene bitcoins no sabe en realidad cuánto dinero tiene», indica Francisco Valencia.

¿Dónde pueden conseguirse?

Se creó hace ocho años y ya está prohibida en cerca de diez países, como Rusia, China y Bolivia. Sin embargo, a través de Internet pueden conseguirse con facilidad. «En la web hay usuarios que venden e intercambian bitcoins».

También hay establecimientos físicos donde se produce este intercambio. Solo en Madrid hay casi 100 cajeros para extraer estas monedas.

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