Fiscalidad

El Gobierno y sus socios se contradicen tres veces en un solo día por la subida de impuestos al tabaco

Estanco
Un cliente de un estanco compra una cajetilla de tabaco. (Foto: EFE)

Que el Gobierno está buscando maneras de subir los impuestos para recaudar más es un hecho. Sin embargo, este no es el discurso oficial, ya que están recurriendo en todos los casos a argumentos de salud pública, de lucha contra el cambio climático, criminalizando a las empresas digitales o aludiendo a la justicia social. En definitiva, para el Consejo de Ministros cualquier argumento es válido para subir impuestos.

Sobre la fiscalidad del tabaco, este jueves el Gobierno y sus socios de Consejo de Ministros no se pudieron de acuerdo. De hecho, entraron en tres contradicciones en una sola mañana.

A primera hora el diputado de Podemos, Txema Guijarro, anunciaba en el Congreso de los Diputados que entre las medidas de la reforma fiscal que han consensuado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se contemplaba un incremento del IVA al tabaco. 

Horas más tarde, un portavoz del Ministerio de Hacienda dijo que no es posible subir el IVA al tabaco porque ya tenía el tipo máximo del 21%. Hasta el momento, el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha aprobado ninguna subida de impuestos al tabaco, aunque esto podría cambiar en un futuro próximo, con las leyes fiscales a las que se dé luz verde  junto a los Presupuestos Generales del Estado de 2020. Por ahora, Hacienda enmarcan las subidas de impuestos especiales que se aprueben a temas medioambientales, informa Europa Press.

Sin embargo, durante la jornada del jueves surgió un tercer actor: el ministro Salvador Illa. El titular de la cartera de Sanidad denunció que a lo largo de esta legislatura se va elaborar un Plan Integral de Reducción del Tabaquismo, que ampliará la fiscalidad sobre el tabaco y los productos relacionados con el mismo. En concreto, en este último aspecto, Illa ha recordado que los precios del tabaco en España se encuentran entre los «más bajos» de Europa, con un precio medio de la cajetilla de aproximadamente cinco euros, frente a los 10 euros que tienen en otros países europeos.

«Tenemos margen para equipararnos a buena parte de nuestros socios comunitarios», ha aseverado. ¿Su argumento? Que la Organización Mundial de la Salud ya ha señalado que la subida de los precios es una de las medidas «más eficaces» para la reducción del consumo de tabaco, y que un aumento de los precios del 10% permitiría reducir en un cuatro por ciento el consumo de tabaco en las clases medias y altas, el cual llegaría a un cinco por ciento entre los colectivos más desfavorecidos y hasta en un 18 por ciento en el caso de los jóvenes de 14 años.

Lo único claro es que la subida de impuestos al tabaco, pase lo que pase, ayuda a engordar las arcas públicas, sobre todo en un escenario tiene previsto que el gasto público estatal suba un 7% en el horizonte 2020-2021. La recaudación fiscal derivada del tabaco se mantuvo en 2019 en el entorno de los 9.000 millones de euros. El gravamen sobre los cigarrillos representa casi un 80% del precio final de los mismos (sumando los impuestos especiales y el IVA aplicable).

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