TRANSPORTE AÉREO

El Gobierno portugués incluye el refuerzo del aeropuerto de Oporto en las condiciones de venta de TAP

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Avión de TAP Air Portugal. (EUROPA PRESS)

El Gobierno portugués quiere matar dos pájaros de un tiro con la privatización y venta de TAP. No sólo se trata de asegurar el futuro de la compañía aérea mediante su integración en uno de los tres grandes gigantes aeronáuticos europeos (Lufthansa, IAG -dueña de Iberia y British) y Air France-KLM. Además, el Ejecutivo que preside Antonio Costa pretende asegurarse la dinamización de los aeropuertos del país y, muy especialmente, la del aeródromo de Oporto. La cuestión es que los diez grandes aeropuertos, incluidos los de Lisboa (hub de TAP) y Oporto están gestionados por el grupo francés Vinci Airports.

Las condiciones de la venta avanzadas por el Gobierno de ese país incluyen la exigencia al futuro propietario de TAP Air Portugal de aportar garantías para el «mantenimiento en funcionamiento, en régimen de servicio público, de las conexiones aéreas entre los principales aeropuertos nacionales y los de las Comunidades Autónomas».

La decisión del Consejo de Ministros es sólo el anuncio de las líneas maestras del proceso basado en cinco principios estratégicos:

  • El crecimiento de TAP.
  • El crecimiento del hub nacional (el aeropuerto de Lisboa).
  • Garantizar la inversión y el empleo en actividades de alto valor en el sector de la aviación.
  • Asegurar el crecimiento de las operaciones punto a punto, que aprovechen la capacidad no utilizada en los aeropuertos nacionales, con énfasis en el aeropuerto de Oporto.
  • El valor ofrecido para la compra de las acciones de la empresa, con el objetivo de maximizar los ingresos financieros para el país.

Según sus propias previsiones, entre finales de este año y principios de 2024 se presentará oficialmente el Cuaderno de Venta de la aerolínea. No obstante, durante la presentación de la resolución del Gobierno luso, tanto los titulares de las carteras de Finanzas (Fernando Medina) como el de Infraestructuras (João Galamba) avanzaron que el refuerzo del aeropuerto de Oporto será clave a la hora de valorar las diferentes ofertas.

Según las condiciones preliminares, la privatización será de, al menos, el 51% de TAP mediante venta directa de títulos y «una o varias ampliaciones» de capital que «serán suscritas por uno o más inversores». Pero serán dos operaciones diferentes: por un lado, las acciones que el comprador o los compradores adquirirán serán las que actualmente controla el holding público Parpública Participações Públicas (Parpública)», una sociedad equivalente a la Sepi española, creada en el año 2000; por otro, la ampliación de capital la realizará directamente TAP, lo que supone, de entrada, fortalecer patrimonialmente la aerolínea.

Las claves de la venta

Los criterios de selección establecidos son 14: además del precio -factor que el propio Ejecutivo portugués ha avanzado que no será el filtro principal- contará también la presentación de «un proyecto estratégico adecuado» orientado a promover el crecimiento de TAP y al «fortalecimiento de la posición competitiva de la empresa «a escala global en los mercados actuales, así como en nuevos mercados».

Resulta llamativo el hecho de que el Gobierno luso no ha fijado más que una banda mínima de la participación que tendrá el nuevo accionista, el 51%. Es decir, serán los propios oferentes los que marquen el porcentaje de participación pública que ofrecen para adjudicarse la compañía de bandera portuguesa.

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Antonio Costa, primer ministro de Portugal. (EUROPA PRESS)

Según la resolución del Gobierno portugués, a la hora de cerrar la venta de TAP valorará el número de acciones que el comprador pretende adquirir, así como el «el perímetro de las sociedades a las que se refiere la propuesta de adquisición vinculante». Además, deberá fijar el importe de la ampliación de capital. Hay que tener en cuenta que, a la hora de llevar a cabo la venta de TAP, el Gobierno luso valorará en qué medida las ofertas aseguren «salvaguardar los intereses financieros del Estado, en particular en lo que respecta a los ingresos financieros resultantes de las ventas directas».

Como ya se había filtrado, la garantía del mantenimiento del centro de distribución de vuelos (hub) de TAP, instalado en el aeropuerto de Lisboa, será una de las condiciones clave. Este requisito es explicado en la misma resolución como una iniciativa que busca maximizar «la contribución al crecimiento de la economía nacional, incluso en lo que respecta al mantenimiento y desarrollo del actual centro, como plataforma de crucial importancia estratégica en las relaciones entre Europa, África y América Latina».

Los grupos interesados en esta venta de TAP deberán explicar qué harán para asegurar «la contribución a la preservación y desarrollo de las cualidades operativas y comerciales del Grupo TAP», y garantizar «la integridad, la identidad corporativa y la autonomía del Grupo TAP, en particular preservando la marca TAP y su asociación con Portugal, garantizando que la sede y la gestión efectiva del Grupo TAP sigan estando ubicadas en Portugal».

Las ofertas que presenten, al menos los tres grandes grupos aéreos europeos, deberán explicitar sus propuestas para asegurar la «contribución al fortalecimiento de la capacidad económica y financiera de TAP-SGPS» (matriz de la aerolínea) y la sostenibilidad de su estructura de capital. Hasta el momento, se conoce el interés expreso de los tres grandes grupos aeronáuticos europeos por comprar TAP: la hispano británica IAG, propietaria –entre otras– de British Airways e Iberia (en negociaciones con Bruselas para integrar Air Europa), la alemana Lufthansa (en plena integración con la italiana ITA) y el grupo franco-neerlandés Air France-KLM.

Tras varios meses de escándalos políticos alrededor de la aerolínea portuguesa, el Ejecutivo de Antonio Costa quiere asegurarse también una gobernanza a la altura de la aerolínea. Por ello pedirá que el nuevo accionista implante «un modelo de gobierno corporativo que tenga en cuenta las especificidades» tanto del grupo (encabezado por TAP – SGPS) como de la propia aerolínea.

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