AEROLÍNEAS

El gobierno luso encarga a EY y Finantia que valoren TAP Air Portugal como paso previo a su privatización

TAP privatización
Avión de TAP Air Portugal. (EUROPA PRESS)

El gobierno portugués que preside António Costa ha encargado a EY y al Banco Finantia, especializado en gestión patrimonial y mercados financieros la valoración de TAP Air Portugal. La decisión supone el inicio del proceso de privatización de la aerolínea anunciada por el propio Ejecutivo luso a principios de año. La salida al mercado de la compañía de bandera portuguesa supondrá un paso definitivo para la consolidación del mercado aéreo europeo dominado por tres grandes grupos: el alemán Lufthansa, el hispano-británico-qatarí IAG (International Airlines Group) y el franco-neerlandés Air France-KLM. Los tres han reconocido su interés por pujar

A falta de que se abra oficialmente el proceso de recepción de ofertas, con la publicación del ‘cuaderno de venta’ los responsables políticos portugueses han reiterado su voluntad de desarrollar un proceso claro y transparente para la venta de una de sus compañías más conocidas.

Por la parte política, en la selección del comprador tendrá una especial importancia el futuro y los planes que los candidatos a hacerse con TAP planteen para su centro de distribución de vuelos (hub, en la terminología del sector) del aeropuerto de Lisboa. Portugal no quiere, ni por asomo, que la venta de la aerolínea se traduzca en un ‘vaciamiento’ de la actividad del aeropuerto lisboeta. Las precauciones toman sentido cuando se considera que TAP aporta aproximadamente la mitad de los movimientos de vuelos del aeródromo lisboeta.

Por la parte de las empresas, la clave será el porcentaje de participación que el Estado portugués pretenda mantener en la compañía.  Negociar con un socio siempre es difícil, pero cuando el socio es una Administración resulta más difícil aún. Y eso, en el mercado aeronáutico se traduce retrasos en la toma de decisiones, en pérdida de agilidad y, finalmente, en números rojos.

El proceso de consolidación del sector europeo subyace a la puja por la compañía lusa. Los grupos aéreos dominantes pugnan por mantener su crecimiento y por alcanzar economías de escala en cada una de sus aerolíneas.

El modelo estadunidense está permanentemente sobre la mesa de los responsables de Lufthansa, IAG y Air France-KLM. En Estados unidos, cinco aerolíneas controlan el 80% de la capacidad ofertada; mientras la dimensión de los tres grandes grupos europeos dista aún mucho de esos niveles.

«La red de TAP en Brasil nos parece extremadamente potente», ha asegurado el director general de Air France-KLM, Benjamin Smith, tras confirmar el interés de su grupo por hacerse con TAP Air Portugal.

IAG centra su interés en la aerolínea lusa en reforzar «áreas en las que no estamos presentes como Brasil o África donde TAP tiene una buena implantación desde su hub de Lisboa. Queremos estar bien posicionados para abrir nuevos mercados», aseguró el primer ejecutivo de la propietaria de Iberia y British Airways entre otras.

Como resaltaba recientemente el consejero delegado (CEO) de IAG, el español Luis Gallego: «La consolidación no va en detrimento del cliente, sino que va a favor. Ese es el debate que mantenemos ahora mismo en Bruselas», dijo.

Gallego hacía referencia a las negociaciones que su grupo mantiene con las autoridades europeas de Competencia para conseguir el placet a la compra de Air Europa y que le supondrá la cesión de derechos de vuelo (slots) en diversas rutas donde la integración Iberia-Air Europa puede situar al grupo en posición de dominio de mercado.

La operación de compra de la aerolínea propiedad de Globalia no excluye el interés del grupo dirigido por Gallego quien, preguntado por el asunto, no dudó en señalar: «Somos International Airlines Group. Somos una plataforma d2 consolidación. Nuestra vocación es ‘tener hijos’, añadir compañías al holding».

El propio CEO de IAG se preguntaba si TAP puede ser una oportunidad. La auto respuesta es que «eso dependerá de las condiciones que se den para la privatización».

Mientras recordaba algunas operaciones que finalmente no prosperaron, como la compra de la aerolínea noruega Norwegian; Luis Gallego aseguraba: «Nuestra estrategia es incorporar aerolíneas líderes en sus países. Nunca se haría en detrimento del hub de Lisboa».

El CEO de IAG recordó el caso de la irlandesa Aer Lingus, «una de las aerolíneas que más ha crecido», dijo; para añadir: «Nuestro modelo permite tener distintas aerolíneas que se benefician de pertenecer al grupo y se consolidan en el tiempo».

Tormenta política

El inicio del proceso de venta de la aerolínea portuguesa se produce en un momento político tenso marcado por la comisión parlamentaria que ha investigado la gestión de TAP y cuyo informe preliminar fue conocido hace unos días.

La comisión fue creada a raíz de la polémica por una indemnización de medio millón de euros pagada a la ex administradora Alexandra Reis, que una inspección posterior determinó que fue irregular.

El caso provocó el cese de la cúpula de TAP y la dimisión del anterior ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, uno de los pesos pesados del Gobierno y delfín del primer ministro y líder socialista, António Costa.
El Gobierno de Costa no tuvo responsabilidad en la salida de Reis, según el documento de la comisión del Parlamento, donde los socialistas tienen mayoría absoluta.

Portugal cerró el plan de rescate de TAP con una inyección de 980 millones de euros para recapitalizar la compañía realizada a finales del año pasado. Ese el último tramo del plan de reestructuración autorizado por la Unión Europea en 2021, que ha supuesto al Estado luso el desembolso de 3.200 millones en total.

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