Plan de 11.000 millones

La banca queda fuera del reparto de ayudas directas del Gobierno y cuestiona las quitas de los ICO

Resultados de la banca
Resultados de la banca
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La banca se perfila como la gran perdedora de la fórmula decidida por el Gobierno para repartir los 11.000 millones de ayudas a pymes y autónomos, a falta de conocer los detalles concretos de la misma. En principio, queda excluida del reparto de las ayudas directas (subvenciones), que supondrán 7.000 millones y que gestionará la maquinaria burocrática de las comunidades autónomas. Asimismo, aunque el importe de las quitas de los créditos avalador por el ICO -la fórmula que ha criticado desde el principio- se ha reducido a 3.000 millones, seguirá impactando en sus cuentas.

Pedro Sánchez ha tenido que hacer malabarismos para contentar a todo el mundo del que depende su permanencia en Moncloa: a Podemos (por eso ha subido a 7.000 los millones en ayudas directas), a Nadia Calviño (por eso no ha llegado a 8.000), y a los partidos nacionalistas y separatistas (de ahí que el reparto se ceda las autonomías con una especie de control formal del Ministerio de Hacienda).

Y en ese complicado equilibrio queda fuera la banca, a pesar de que sería la mejor forma de repartir estas ayudas, como demuestra el éxito en la distribución de los créditos ICO en 2020 o el de la moratoria hipotecaria, donde el sector tuvo que adoptar la suya propia porque la del Gobierno no funcionaba, precisamente por las trabas burocráticas.

«La banca es quién mejor conoce a las pymes y autónomos que son sus clientes, y las entidades somos los que estamos en mejor posición para determinar qué empresas son viables y cuáles no, que, según dijo Calviño, es el criterio que se va a seguir para repartir las ayudas», explica un alto ejecutivo del sector.

¿Los funcionarios decidirán a quién se ayuda y a quién no?

«No me imagino a los funcionarios de las comunidades autónomas decidiendo dar una subvencion a una peluquería y la de al lado no», añade otra fuente del sector. «Establecerán unos requisitos, sacarán unos formularios, harán un baremo para dar puntos a cada solicitud… en fin, lo mismo que la moratoria que no funcionó».

En cuanto a las quitas a los créditos ICO, el sector ha respirado aliviado porque al final su importe se ha reducido a 3.000 millones (inicialmente, los 11.000 iban a ser estas quitas), pero, aun así, lo siguen considerando excesivo. En primer lugar, porque supone un agravio comparativo entre los que solicitaron un ICO y los que prefirieron aguantar con sus recursos, ampliar su hipoteca, etc. (aunque puede aliviarse con las ayudas directas). Y además, habrá un segundo agravio al tener que discriminar a quién se conceden esos 3.000 millones en quitas, una cantidad ínfima teniendo en cuenta que se han concedido créditos avalados por casi 115.000 millones.

La otra razón por la que la banca cuestiona estas quitas es porque le va a tocar apuntarse una parte. El aval medio del ICO en estos préstamos es del 24%, lo cual implica que, en teoría la banca tendrá que asumir el 24% de 3.000 millones: 720. No es una gran cantidad para el sector, pero las normas contables le obligarían a calificar como moroso (o al menos en vigilancia especial) cada crédito al que se conceda una quita. Y eso implica realizar una provisión mucho mayor que esa cantidad. Por eso se han negociado posibles compensaciones en forma de bonos del Estado.

Caída de ingresos del 30% y 90% de las pérdidas

Como adelantó OKDIARIO, para acceder a las ayudas, los solicitantes deberán demostrar una caída de su facturación del 30% en algún momento del plazo comprendido entre marzo de 2020 y diciembre de 2021, y el mismo período de 2019. Su importe, en la forma que sea, tendrá un tope absoluto de 10 millones por empresa, pero en la práctica estará limitado al 90% de los costes fijos no cubiertos para las pymes y autónomos, o al 70% para el resto.

La gran pregunta es qué son los costes fijos no cubiertos. Según el documento de la UE que aprobaba este programa, se entiende por eso «los costes fijos incurridos por las empresas durante el período elegible que no estén cubiertos por los beneficios (es decir, los ingresos menos los costes variables) durante el mismo período y que no estén tampoco cubiertos por otros medios, como seguros, medidas de ayuda temporal (…) u otras fuentes. Las pérdidas de las empresas en sus cuentas de pérdidas y ganancias durante el período se considera que constituyen costes fijos no cubiertos».

Esto último lo clarifica un poco: las ayudas equivalen a las pérdidas. Sin embargo, la primera parte de la definición deja fuera ayudas como los ERTE de la plantilla y también se puede entender que se excluyen los costes en que no ha incurrido si ha solicitado una moratoria de crédito. Habrá que esperar a la redacción definitiva del Decreto-Ley para saberlo con certeza.

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