Precio de la luz

Giro en la factura de la luz a partir del 1 de enero: va a subir y ésto es lo que vas a pagar

factura de la luz
Blanca Espada

El comienzo del año siempre viene acompañado de algo que todos asumimos con resignación y es que como se suele decir, todo sube. Pero una de las subidas que más nos va a afectar vuelve a estar en la factura de la luz. Mientras muchos hogares se preparan para acabar el año 2025 con la esperanza de que el 2026 traiga algo de alivio, las previsiones apuntan justo en la dirección contraria. A pesar de que el Gobierno insiste en que el precio bajará, los expertos ya adelantan que la realidad será muy distinta. Y no es una subida pequeña. Pero para saber qué es lo que va a ocurrir conviene saber bien cómo funciona el cobro de la luz.

La advertencia no es algo que se diga porque sí, sino que tiene que ver con análisis técnicos. En la COPE, en el programa de Ángel Expósito, el experto energético Roberto Cavero ha puesto sobre la mesa datos que dibujan un escenario complicado para 2026. Las cifras, explicadas punto por punto, dejan claro que el encarecimiento no vendrá por donde muchos imaginan. El problema no está en los kilovatios hora, sino en todo lo que rodea al sistema. Y eso significa que la subida va a afectar a todos los usuarios por igual, consumas mucho o consumas poco. Una revisión del funcionamiento del sector, el impacto de las redes, los costes del sistema y el contexto energético europeo permiten entender por qué la factura se agranda justo cuando se prometía lo contrario.

La subida de la factura de la luz en 2026

Cavero lo explica de forma sencilla. El precio de la energía puede mantenerse estable, pero eso no evita que la factura suba. La clave está en la parte fija regulada, esa que no depende del consumo. Los peajes de transporte y distribución, que son esenciales para llevar la electricidad desde las centrales hasta cada hogar, subirán un 4,1% en 2026. A eso se suman los cargos del sistema, que el Gobierno pretende elevar más de un 10%.

Si se añaden los impuestos, el coste de lo que se paga por la luz se dispara. Desde enero de 2025, el IVA volvió al 21%, lo que ha dejado atrás el alivio fiscal que se aplicó durante la crisis energética. Con todo lo que hemos mencionado, el resultado es que, según los cálculos del experto, un hogar medio pagará alrededor de 18,50 euros más al mes a partir de enero. Y como se trata de un incremento que no depende del consumo, es algo que también afecta a las familias que son más eficientes o que de hecho, intentan ahorrar en su consumo de luz todos los luces.

La frase final de Cavero resume el panorama: «el incremento nos va a pillar a todos. No hay margen de excepción».

El optimismo del Gobierno y el papel real de las renovables

A pesar de lo que ha explicado este experto, el Ejecutivo mantiene un mensaje optimista. Defiende que la expansión de las energías renovables aliviará los costes y permitirá una bajada gradual de la factura. Pero Cavero frena esa visión. Reconoce que las renovables pueden abaratar la energía, pero insiste en que no pueden resolver por sí solas un sistema cuyos costes han aumentado un 45% en los últimos años.

Además, hay un problema de fondo. La red de distribución está saturada. Entre el 80 y el 85% de los nudos están prácticamente al límite, lo que hace que sea mucho más difícil integrar más generación verde sin inversión adicional. Y las inversiones, al final, también se pagan. A esto hay que añadir el cierre progresivo de las centrales nucleares, que hoy aportan estabilidad y no dependen del gas.

La combinación de todos estos factores hace muy difícil que el precio final pueda bajar lo suficiente como para compensar la subida de los peajes y los cargos. El experto lo considera demasiado arriesgado y está convencido que el aumento es real y que como dice, nos afectará a todos en mayor o menor medida.

Impacto en hogares, pymes y economía general

En su análisis, Cavero sitúa el precio de la luz en una horquilla de 60 a 65 euros por megavatio hora durante 2026. A primera vista nos puede parecer una cifra razonable, pero el impacto real no se mide sólo ahí. Si la subida no se absorbe en la factura doméstica, terminará reflejada en los precios del día a día.

Por otro lado, las pymes y la industria esperan incrementos de hasta un 10% en sus costes energéticos. Cuando eso ocurre, la cadena es siempre la misma: se ajustan márgenes, se encarecen productos y servicios y, al final, el consumidor lo paga igualmente. Lo que no entra en la factura acaba entrando en la economía de bolsillo. El giro del 1 de enero, por tanto, no es un ajuste menor. Es un cambio estructural que afecta a todos los niveles y que obliga a los hogares a prepararse para un año energético más caro de lo previsto.

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