Crisis del coronavirus

El FMI calcula que la economía global se hundirá un 3%, mucho más que en la recesión de 2008 y 2009

Nadia Calviño
Nadia Calviño

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dibujado un panorama sombrío, incluso peor que el que se contemplaba hasta la fecha por los analistas, para la economía global por la pandemia del coronavirus. En sus previsiones para evaluar el impacto económico de la pandemia avisa de lo siguiente: «La crisis de salud está teniendo un grave impacto en la actividad económica».

El Fondo prevé que la economía mundial se contraiga bruscamente en un 3% anual en 2020, mucho peor que durante la crisis financiera de 2008 y 2009, la denominada Gran Recesión.

En el escenario principal de este organismo, que parte de la base de que la pandemia se desvanece en la segunda mitad de 2020 y que los esfuerzos de contención se pueden deshacer gradualmente, se proyecta que la economía mundial volverá a crecer un 5,8% en 2021 a medida que la actividad económica se normalice, ayudada por el apoyo de políticas de los distintos países.

De las economías avanzadas, España será el segundo país del mundo con una mayor caída del PIB después de Italia. La economía transalpina se hundirá un 9,1% y la española un 8%. En los Estados Unidos el desplome esperado es del 5,9% y en el conjunto de la eurozona del 7,5% (en Alemania la caída será del 7% y en Francia del 7,2%).

En China, por ejemplo, aunque la desaceleración será notable y a pesar de que ha sido el foco del coronavirus, el PIB crecerá un 1,2%, según el Fondo, frente al avance del 6,1% en 2019. En Latinoamérica las caídas más habituales del PIB serán de entre el 5% y el 6%, con Brasil sufriendo un recorte en su economía del 5,3% y México del 6,6%.

También habrá recesión en el África Subsahariana, que caerá un 1,6%, con desplomes del 3,4% en Nigeria y del 5,8% en Sudáfrica. Las economías en desarrollo y emergentes sufrirán una caída global del 1% en 2020 como consecuencia del Covid-19.

«Incertidumbre extrema»

El Fondo avisa de que el mundo vive una «incertidumbre extrema» sobre el crecimiento global. Y explica que las consecuencias económicas dependen de factores que interactúan de maneras que son difíciles de predecir, como son la pandemia, la eficacia de los esfuerzos de contención, el alcance de las interrupciones del suministro, las repercusiones en el mercado financiero, los cambios en los patrones de gasto, o los cambios de comportamiento de la población.

El FMI también avisa: «Muchos países enfrentan una crisis de múltiples capas que comprende un shock de salud, trastornos económicos internos, una caída de la demanda externa, reversiones del flujo de capital y un colapso en los precios de los productos básicos».

El Fondo dice que «la prioridad inmediata es contener las consecuencias del brote de COVID-19, especialmente mediante el aumento de los gastos de atención médica para fortalecer la capacidad y los recursos del sector de la atención médica al tiempo que se adoptan medidas que reducen el contagio». Pero cree que «las políticas económicas también deberán amortiguar el impacto de la disminución de la actividad en las personas, las empresas y el sistema financiero», así como «reducir los persistentes efectos de cicatrización de la desaceleración severa inevitable».

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