Los ex directivos despedidos por Adolfo Domínguez le llevan a los tribunales
La debacle de Adolfo Domínguez suma un nuevo capítulo. Tras rendir unas paupérrimas cuentas al mercado debido al estrechamiento de sus márgenes –los ingresos apenas repuntaron un 2% pese al fatal 2015-, los ex directivos de la firma de moda han emprendido una cruzada contra el fundador de la marca.
Y es que Domínguez se ha quedado solo. Los minoritarios, que no dejan de cuestionar su gestión, aceleran sus compras acerándose peligrosamente al 3%. Tras volar por los aires el consejo de administración con el abandono del grupo Puig, hasta ahora su único apoyo, y la salida de sus principales consejeros García Planas, Fuencisla y Chaparro que, según fuentes próximas a la empresa, “apenas pudieron soportar las maneras e inconsistencias de Adolfo más allá de una sesión”, le toca el turno al resto de sus ex directivos.
Así las cosas, el próximo 6 de febrero, a las diez de la mañana, Adolfo Domínguez se enfrenta a su enésima cita en los juzgados de lo social de Madrid para hacer frente a las demandas interpuestas contra él por su ex directivos. En sólo dos meses, el fundador de la compañía cesó a su consejero delegado, Estanislao Carpio, según fuentes conocedoras de la situación, “por el mero hecho de trabajar por y para el accionista y no para él”. Desde esta baja, se sucedieron otras tantas: Domínguez despidió al director de recursos humanos (Juan de Mora) con gran prestigio en el sector, por “no plegarse a los caprichos y arbitrariedades de él y su familia”, al cual tuvo que reconocer la improcedencia del mismo. También despidió al director de logística y sistemas (Leovigildo Puente) por “intentar modernizar con criterios profesionales la ineficaz y arcaico proceso de distribución implantado por el propio Adolfo, juicio que tendrá que resolver en el mes mayo”.
Y no quedó ahí. En lo que los ex directivos entienden como un ensañamiento contra todo lo que rodee al ex consejero delegado, Domínguez también despidió a la directora de marketing (Laure Pelloux), a la cual “desprestigiaba y acosaba públicamente por el mero hecho de tener criterio propio y discernir de la línea de imagen que AD debía llevar”, según fuentes próximas a los ex directivos.
Los despidos en tres semanas se cuentan por decenas. También despidió a su directora de Visual Merchán (Sandra Espinosa), su director comercial (Carlos Muñoz), sus diseñadores y patronistas y un largo etc. Todos podrían ser despidos improcedentes, hasta el punto cúlmen de despedir a la directora de formación (Carmen de Andrés) sabiendo su estado de embarazo y haciéndola acudir a tribunales para demostrar tal situación que por razones obvias conocía toda la compañía.
Para finalizar el escarnio y por último, despidió a su director general de retail (Raúl Ramírez), profesional de reconocido prestigio en multinacionales del sector, con lo que ponía fin a la era Estanislao Carpio. Mientras tanto su mujer, Elena González abandona el consejo tras intentar reconducir en vano las temeridades de su marido, en un intento de evitar que lo inevitable salpique a sus dos hijas Valeria y Tiziana. Ambas tienen sueldos millonarios que fueron recortados por indicación del consejo debido a su poca o nula actividad profesional.
“Mientras las cuentas de Adolfo Domínguez hacían aguas, Valeria se fue a cursar un Master a EE.UU., que pretendió que lo pagase la compañía ( ante la negativa del director de RRHH que le costó el puesto)”, explican fuentes próximas a la firma.
Las mismas fuentes señalan a OKDIARIO que de estas estas maniobras Domínguez se jacta en público, en conversaciones que pudieron ser grabadas y comprometerían mucho a la compañía, y en concreto a Adolfo Domínguez de hacerse públicas. Y más si tenemos en cuenta que nunca se informó a la CNMV y tampoco de las razones de la salida real de algún consejero, entre las muchas irregularidades que, una vez más, pagó como siempre.