Un error de Bruselas obliga a los pescadores españoles a dejar de faenar en aguas de Guinea Bissau
La excesiva burocracia de Bruselas ha provocado que este viernes por la noche los pescadores españoles hayan tenido que dejar de faenar en aguas de Guinea Bissau, África. Así, pese a que la Unión Europea ha extendido por cinco años el acuerdo comercial con el país africano para que los trabajadores del mar pesquen en la zona, la Comisión Europea se ha retrasado en ratificar el contrato, algo que lo ha dejado sin vigencia temporalmente.
Ante esta situación, los pescadores españoles han tenido que moverse a otras zonas a la espera de que Bruselas reaccione y ratifique el acuerdo. Cuando eso suceda, volverán a realizar la faena en el lugar anterior.
La organización de productores pesqueros Anacef (Asociación Nacional de Buques Congeladores de Pesca de Cefalópodos) explica a OKDIARIO que este tipo de cuestiones «son algo habitual»: «Ha pasado en muchas más ocasiones y lo vivimos con normalidad».
Pesca vetada para España
Es decir, las tardanzas provocadas por la burocracia europea se han asumido con total normalidad dentro del sector dada su reiteración. «En Marruecos tampoco hay acuerdos de pesca y pasa algo similar en Senegal», explica Anacef.
Eso sí, los pescadores consultados por este periódico admiten que este tipo de sucesos «alteran la vida normal de la pesca». Tanto es así que numerosos buques españoles han tenido que moverse a Mauritania u otros lugares similares este sábado para poder continuar con su trabajo.
El Ministerio de Agricultura trasladó a la Comisión Europea que «la prioridad en estos momentos es prorrogar el protocolo vigente hasta que finalicen las negociaciones, con el fin de evitar la interrupción de la actividad pesquera hasta la entrada en vigor del nuevo protocolo», algo que no fue capaz de conseguir.
«El acuerdo está aprobado por otros cinco años, pero Bruselas va con lentitud y no lo ha ratificado, así que se va a tener que dejar de pescar temporalmente hasta que lo hagan», sentencia Anacef.
La UE y el Gobierno de Guinea Bissau iniciaron el pasado 4 de abril, en Bruselas, la primera ronda de negociaciones para la renovación del protocolo del acuerdo de pesca sostenible, que afecta a una veintena de barcos españoles que faenan en aguas de este país africano. La delegación española estuvo encabezada por la directora general de Pesca Sostenible, Mónica Corrales.
Finalmente, Bruselas y el país africano lograron renovar el acuerdo, pero la incapacidad de la Comisión de dar el último paso burocrático ha sido la causante del abandono de la pesca por parte de los trabajadores españoles en la zona.
En Senegal, los pescadores españoles se han encontrado en situaciones similares. Las autoridades senegalesas mantuvieron un bloqueo a las expediciones hasta el 1 de junio de 2022, según el Ministerio de Agricultura.
Ahora, el nuevo presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, ha advertido que pretende revisar los pactos pesqueros para recuperar la «soberanía nacional», por lo que el veto podría volver a producirse.
Bassirou Diomaye Faye fue elegido en abril y ha abierto la puerta a una posible revisión de los permisos de pesca de los europeos en el país. Sin embargo, la actitud de las autoridades comunitarias es completamente opuesta.
Así, la Unión Europea estableció un acuerdo de pesca con Senegal mediante el cual se transfirieron 1,7 millones de euros al país africano, según los documentos del Parlamento Europeo.
La pesca tendrá superávit
Con todo, y pese a los errores de Bruselas, los pescadores de la UE tendrán un superávit de 2.500 millones de euros, según la propia Comisión Europea. La causa de estos resultados es, principalmente, la bajada del precio del combustible que, si se tienen en cuenta los precios actuales, se situó entre 0,8 y 0,9 euros por litro en el primer trimestre de 2024.
«Se trata de una mejora significativa con respecto a 2022, cuando la mayoría de las flotas pesqueras de la UE eran incapaces de cubrir sus costes operativos», ha señalado Bruselas en sus orientaciones de posibilidades de pesca para el próximo año.
Además, la Comisión Europea señala que después de que los precios del combustible alcanzaran un máximo de 1,2 euros por litro en 2022, han ido descendiendo gradualmente hasta situarse por debajo del euro por litro a principios de 2024.