Las empresas reclaman una reforma del marco regulatorio europeo para impulsar la competitividad
Los consejeros delegados y presidentes de las mayores empresas europeas han advertido de la necesidad de «mejorar y simplificar el entorno regulatorio» en Europa para impulsar la competitividad y han mostrado su preocupación por el deterioro de las relaciones entre Europa y China.
A pesar de ello, según los datos de la última encuesta realizada por la Mesa Redonda Europea para la Industria (ERT, por sus siglas en inglés), la confianza empresarial entre los altos directivos de las mayores empresas europeas repunta hasta el nivel más alto desde mayo de 2022, aunque son notablemente más positivos sobre las perspectivas comerciales de sus empresas fuera de Europa que dentro. En esta encuesta están presentes el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el consejero delegado de Inditex, Óscar García Maceiras; el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete; o el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, entre otros.
En concreto, esta decimocuarta edición de la encuesta semestral mide el sentimiento entre estos líderes empresariales sobre temas como las perspectivas económicas, las formas de restaurar la competitividad de Europa y la relación entre Europa y China.
Por su parte, el consejero delegado de Syensqo y presidente del Comité de Competitividad e Innovación de ERT, Ilham Kadri, consideró que las expectativas «parecen haberse ajustado a las nuevas realidades más difíciles de Europa y, sobre esa base, vemos un repunte de la confianza». «Pero tenemos que ver este repunte como lo que es: los líderes son optimistas en cuanto a la inversión y el empleo de sus empresas fuera de Europa, pero dentro de Europa las expectativas son mucho menos brillantes», remarcó.
Mala relación empresarial con China
Más de la mitad de los líderes empresariales en Europa (54%) cree que las relaciones con China empeorarán en los próximos tres años, mientras que solo el 7% espera una mejora -el 39% no prevé ningún cambio-. Todo ello, en un contexto en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado cuatro décimas al alza sus expectativas de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de China para este año y el siguiente, hasta una expansión del 5% en 2024 y del 4,5% en 2025.
En este sentido, la relación entre China y Europa se ha convertido en uno de los temas centrales de esta edición de la encuesta y los directivos, en sus respuestas, reflejan la expectativa de que esta relación crítica seguirá siendo difícil en el futuro previsible. Paralelamente, también se preguntó a los directores ejecutivos de multinacionales occidentales con sede en China durante el mismo período, donde el 35% espera que la relación empeore, el 19% cuenta con una mejora y el 45% no prevé ningún cambio.
Asimismo, el 54% de los CEOs en Europa ven las relaciones entre China y Estados Unidos como uno de los cinco principales puntos de fricción para la relación entre la UE y China; una proporción casi idéntica de los directores ejecutivos con sede en China. El exceso de capacidad industrial de China también está ensombreciendo la relación, ya que el 54% de los directores ejecutivos de Europa y un sorprendente 77% de los directores ejecutivos con sede en China consideran que la dependencia del gigante asiático de los mercados de exportación impulsa la competencia desleal.
Desde una perspectiva europea, otros factores que impulsan la tensión incluyen la reducción del riesgo de Europa con respecto a China, el dominio de este país en materias primas críticas y el comercio y la igualdad de condiciones a nivel mundial en industrias clave de transición ecológica. Mientras, visto desde suelo chino, la relación de China con Rusia encabeza la lista de causas de fricción, con el 80% de los directores ejecutivos con sede en China citándola como uno de los 5 principales puntos de fricción en la relación entre las dos regiones.
Por otra parte, en todos los sectores y tamaños de empresas, la comunidad empresarial europea está instando a sus líderes políticos a que se tomen mucho más en serio la acelerada pérdida de competitividad de Europa y a que reconozcan el alcance de su amenaza para la prosperidad y la relevancia mundial de Europa. Así, después de las elecciones europeas, creen que los líderes tendrán que centrarse en lograr un cambio radical en la política, y deben hacerlo de una manera que tenga un impacto «rápido y real».
A este respecto, cuando se les pide que señalen las estrategias de mayor impacto disponibles para los líderes de la UE para restaurar la competitividad, un 91% de los directores ejecutivos destacan que mejorar y simplificar el entorno regulatorio de la UE sería la palanca política más eficaz. También casi tres cuartas partes de los directores ejecutivos consideran que las acciones para avanzar en la integración del mercado único tienen un impacto positivo sustancial en la competitividad de Europa, en plena consonancia con el reciente llamamiento de Enrico Letta a profundizar en el mercado único.
A esto le sigue la promoción de la innovación y el liderazgo tecnológico, ya que el 71% de los directores ejecutivos cree que una mayor acción europea en este ámbito tendría un impacto positivo en la competitividad europea, y un mensaje que debe resonar cuando los líderes de la UE debatan el próximo Programa Marco de Investigación e Innovación. Igualmente, permitir que la industria acelere el progreso en los objetivos climáticos y establecer las condiciones para la transformación digital completan la lista de las principales tareas pendientes para los líderes de la UE.