Al candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Angel Gabilondo, le esta costando enfilar su campaña por la vía coherente. El socialista ha prometido que no va a subir los impuestos, pero el Gobierno de Pedro Sánchez ha dejado esta propuesta en papel mojado y prepara una reforma fiscal para poner fin a las ventajas impositivas de las que gozan los madrileños -todas ellas impulsadas por las políticas populares-.
Gabilondo dice ahora que no tocará la fiscalidad, pero hace un par de meses los socialistas habían presentado en la Asamblea de la Comunidad de Madrid una subida de impuestos que pretendía sacar a los madrileños un extra de 1.200 millones de euros al año.
El que se define como «soso, serio y forma». También ha prometido que aumentará en 150 euros el Ingreso Mínimo Vital (IMV) en la capital, pese al infierno en el que se ha convertido para los ciudadanos solicitar esta prestación. Hasta convertirse, sin duda, en el gran fracaso del Gobierno de Pedro Sánchez en el año de la pandemia.
Además, Gabilondo propone inyectar 80 millones de euros en la hostelería. Una medida contradictoria, ya que el socialista no ha escondido en ningún momento sus intenciones de bajar la persiana a bares y restaurantes para controlar la propagación de la crisis del coronavirus.