Duro Felguera inicia en Rumanía la recuperación de contratos internacionales en riesgo
Reinicia las obras de la central de ciclo combinado de Iernut valoradas en 70 millones de euros, como adelantó OKDIARIO
Duro Felguera retoma hoy las obras para concluir la central de Iernut en Rumania por casi 70 millones
Duro Felguera aprueba la ampliación de capital de 90 millones con la entrada de sus socios mexicanos
Duro Felguera ha recibido por parte de la gasista rumana Romgaz la orden de iniciar las obras en Iernut, tal como adelantó OKDIARIO. El contrato para la ejecución de los trabajos asciende a 345 Millones de Lei (equivalentes a 70 millones de euros) y tiene un plazo de ejecución de 16 meses a partir de la fecha de la orden de inicio de las obras. Este es el primero de los grandes contratos internacionales que la compañía recupera tras paralizarse por problemas con el socio local.
En la última junta general, tanto la presidenta de la empresa, Rosa Aza, como el consejero delegado (CEO), Jaime Argüelles subrayaron como objetivo estratégico de la empresa -y el esfuerzo de sus equipos- de recuperar las negociaciones de diversos contratos que permitan a la empresa afrontar su reflotamiento. Además de por la importante cartera de proyectos parados o con problemas a lo largo del mundo y de su relevancia geográfica, tecnológica y de marca, la ingeniería asturiana pretende recuperar a marchas forzadas su reputación como empresa «que cumple» sus contratos.
Una vez iniciada la recapitalización de la compañía (90 millones de euros) con la que dará entrada a sus nuevos accionistas de referencia, las empresas mexicanas Grupo Prodi y Mota-Engil México, la empresa española acelera los pasos de su plan de recuperación. Entre ellos la devolución del crédito participativo por valor de 100 millones de euros concedido por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) en el marco de las ayudas a empresas tras la pandemia.
Además, la compañía mantiene una deuda bancaria de bruta de 144 millones de euros. La banca no pondrá ningún problema al relevo accionarial ya que la recapitalización asegura el pago de dicha deuda. Según señaló Jaime Argüelles, durante la presentación del plan de reflotamiento, «hemos explicado la operación a los bancos y el comentario general es que les parece una gran operación».
Retomar la actividad
Según ha informado hoy la empresa, el pasado 1 de agosto recibió la orden de Romgaz del reinicio de las obras tras los acuerdos del pasado mes de mayo.
Jaime Argüelles, ha expresado su satisfacción por alcanzar este hito, que considera un éxito que pone de relieve «la buena gestión por parte de Duro Felguera para superar las muchas dificultades, incluido un cambio en el marco normativo rumano» y el compromiso de la compañía «ofreciendo soluciones y valor diferencial, con el foco en la finalización exitosa de los proyectos y la plena satisfacción de nuestros clientes».
Argüelles también ha destacado la buena relación con el cliente y el papel de las administraciones rumana y española en el proceso de negociación para impulsar el acuerdo.
Se llega así a la recta final de la construcción de esta central, tras el acuerdo alcanzado en mayo con el promotor de la central, Romgaz, por el que la empresa española se hace cargo de la conclusión de todo el proyecto después de que su socio local se declarase en concurso. Según el consejero delegado de la empresa española: «Tenemos la firme y decidida voluntad de llevar a cabo con éxito la ejecución completa de los trabajos para la puesta en servicio de la central lo antes posible».
Esta infraestructura es considerada estratégica, tanto para Romgaz como para el país en su conjunto por la reducción de emisiones que supondrá. El ciclo combinado tiene una potencia instalada de 430 MW, incluye cuatro turbinas de gas más cuatro calderas de recuperación para la producción de vapor y dos turbinas de vapor, e incorpora importantes avances tecnológicos para la protección medioambiental.
La obra ha estado parada varios meses y sujeta a múltiples renegociaciones. Los problemas llegaron a tal punto que el contrato estuvo a punto de ser rescindido; con el consiguiente riesgo de posibles reclamaciones por la demora del socio rumano, Romelectro, en finalizar sus trabajos.
La construcción se inició a través de un consorcio (Duro Felguera controlaba el 70%) junto a la empresa local Romelectro. Sin embargo, Romelectro fue a concurso de acreedores. El consorcio tuvo problemas por la insolvencia de esta compañía entre otras cosas y tuvo que pararse la obra. La empresa asturiana asumió entonces el compromiso adquirido por el consorcio y, por tanto, Duro Felguera será quien termine la obra en solitario.