Un directivo de Popular asegura que Santander ofrecía 7.000 millones meses antes de la resolución
Ángel Ron habló con Ana Boitín pero finalmente no se concretó la oferta, según su testimonio
Santander cortó la liquidez a Popular dos meses antes de la resolución, según Saracho
Banco Santander ofreció hasta 7.000 millones por Banco Popular tras saber que BBVA estaba dispuesto a pagar 5.500 en noviembre de 2016, meses antes de la resolución de la entidad en la que 300.000 accionistas y bonistas perdieron todo su dinero. Así lo aseguró el secretario general técnico de Popular el martes en su declaración en la Audiencia Nacional, según fuentes presentes en la misma.
El ex directivo Miguel Ángel Moral aseguró ante el juez José Luis Calama, que instruye la causa, que BBVA hizo una oferta verbal de 5.500 millones por medio de Javier Rodríguez Soler, en ese momento ‘global head of strategy and M&A’ de esa entidad. El secretario general trasladó la oferta de BBVA a Santander y su director de desarrollo corporativo, José Luis de Mora, le dijo que podrían pagar hasta 7.000 millones, siempre según su declaración.
El directivo de Popular informó de estas propuestas al entonces presidente del banco, Ángel Ron, y «no sé muy bien qué hizo Ron con esta información. Sé que habló con Allianz como accionista de referencia, pero no sé si habló con otros accionistas. Sé que los accionistas mexicanos también se enteraron de esto porque pensaron que era una maniobra del presidente para echarles del banco y mantener su posición», según las fuentes.
Ángel Ron habló con Ana Botín
Asimismo, le consta que Ron mantuvo una conversación con Ana Botín en la que le dijo que estudiarían la operación. La presidenta de Santander le pasó la información al citado De Mora, Popular hizo una ‘virtual data room’ (sitio en el que se pone información detallada de la contabilidad del banco) en un pen drive que se le entregó a Santander, e incluso se firmó un acuerdo de confidencialidad.
A juicio de Moral, no tiene explicación que la valoración de Popular bajara de esos 7.000 millones a -2.000 negativos, que fue lo que le costó finalmente en junio de 2017 (pagó un euro, pero accionistas y titulares de deuda subordinada asumieron pérdidas por 2.000 millones).
Ni siquiera la litigiosidad -el riesgo de ser condenado a devolver los 2.500 millones de la ampliación de 2016- justificaba esa bajada, aseguró, y añadió que se esforzaron en hacer ver a Santander que comprar a precio de mercado reducía esa litigiosidad. De hecho, ofrecieron a Santander adquirir Popular a través de unos warrants que redujesen ese riesgo.
Santander se quedó sin competencia
Entonces, ¿por qué al final la valoración fue de -2.000 millones negativos? En opinión del directivo, porque no tuvo competidores. El último que quedó en la subasta organizada por Emilio Saracho (sustituto de Ron) en mayo de 2017 fue Bankia, que se retiró de la puja el 2 de junio.
En cuanto a BBVA, el ex de Popular sostiene que «había realizado una emisión de deuda durante el proceso de venta de Popular, y no había comunicado que estuviera inmersa en una operación corporativa. Ello implicaba que no podían ofertar y Banco Santander lo conocía».
Pero incluso Citi, asesor de Santander en la subasta, le aconsejó no hacer un bail-in (la asunción de pérdidas por los accionistas) e hizo un informe en el que salía un precio positivo, según le informó José Messeguer, responsable del banco de inversión norteamericano.
El bail-in no podía ser impuesto por Santander, salvo que alguien fijase unas reglas que lo permitieran, como hizo la JUR (Junta Única de Resolución europea). El consejo de Santander aprobó acudir al proceso de venta en caso de resolución y solo si no tenía que pagar un precio positivo, que es lo que terminó ocurriendo el 7 de junio de 2017.