PLAN SOVIÉTICO PARA GOBERNAR CATALUÑA

La CUP pide nacionalizaciones, más impuestos y expulsar a los funcionarios españoles

Antonio-Baños
La formación que dirige Antonio Baños es la llave de gobierno en Cataluña. (Foto: EFE)

Las elecciones catalanas le han dado la llave de gobierno a la CUP, un partido de extrema izquierda, anticapitalista y que defiende la “dignidad de la política frente al colonialismo económico”. Su ideario está aún más a la izquierda de Podemos, al defender la planificación central de la economía y la expulsión del sector privado. Se opone a todo lo que tenga que ver con la libertad de mercado y su programa parece diseñado por los técnicos del gobierno de Corea del Norte.

La CUP no presenta ningún cálculo ni memoria económica para defender toda la locura de gasto público, lo que es natural, ya que el cumplimiento estricto del programa supondría la ruina más absoluta para Cataluña. No obstante, el partido ha logrado 10 escaños en el parlamento regional catalán con el 8% de los votos, lo que le hace indispensable para formar gobierno. Desglosamos algunas de sus principales propuestas económicas

1. Nacionalizar todos los sectores

La formación propone “una economía al servicio del pueblo”, lo que traducido a la vida diaria de los ciudadanos supone la “nacionalización de las infraestructuras, la banca y las redes de comunicación, gestión pública de sectores estratégicos como energía, agua y telecomunicaciones”. Para la CUP «la tierra, el agua y la energía es patrimonio del pueblo» y por ello no se debe permitir ninguna actividad comercial en esta materia. En cuanto al sistema financiero, propone un modelo de banca pública como el que ha llevado a la quiebra a la mayoría de las cajas de ahorros españolas.

2. Salarios “igualitarios” y cooperativas

Mientras tanto, hasta llegar a esta especie de paraíso soviético, la CUP quiere imponer un sistema de “justicia social” en las empresas, con salarios “igualitarios”. A su juicio, las compañías deben gestionarse “en forma de cooperativa”.

3. Semana laboral de 30 horas

El partido promete a sus votantes imponer jornadas laborales de 30 horas semanales, obligando a las empresas a mantener los salarios actuales. El coste lo deberán asumir las compañías.

4. “Amnistía hipotecaria”

Respecto al mercado inmobiliario, el partido promete implantar la “amnistía hipotecaria” en las viviendas de primera residencia, que incluya una quita perdonando el crédito que quede pendiente a las familias sin recursos.

5. Aumento de impuestos

Asimismo, “insta” a las Administraciones a aumentar los impuestos que pagan “las rentas más altas” (sin especificar el límite de ingresos) y gravar las actividades “especulativas”. Todo ello acompañado de una política de “lucha contra el fraude fiscal”. La CUP defiende también aumentar los impuestos que pagan las empresas.

6. Renta básica e impago de deuda

La CUP también se suben al carro de la renta básica para las personas que no tienen ingresos y, como no, defiende el impago de la deuda pública por considerarla “ilegítima”. En esto coinciden parcialmente con Artur Mas, que ha amenazado con no hacer frente a los pagos, lo que sumiría a Cataluña en la quiebra si no contara con el aval del Estado español. La CUP promete una «auditoría popular de la deuda» y «suspender automáticamente el pago» de los intereses (al considerarlos «usura»).

7. No volver a la UE ni a la OTAN

El partido se opone a que la Generalitat solicitara el ingreso en la Unión Europea (UE) si se produjera la independencia y rechaza también pertenecer a la OTAN. Cataluña quedaría como un territorio aislado «sin depender de La Troika» ni del «imperialismo norteamericano». De hecho piden que Cataluña salga lo antes posible de estos organismos.

8. Expulsar a los funcionarios del Estado

La CUP dice en su programa que los funcionarios del Estado deben salir de Cataluña, ya que los edificios en los que actualmente trabajan pasarán a ser propiedad de la nueva Administración catalana.

9. Fomentar el «decrecimiento económico»

El partido recoge también viejo concepto del «decrecimiento económico» que fue creado en los años setenta del siglo pasado por el matemático rumano Nicholas Georgescu-Rogen. Se trata de una corriente de pensamiento que tiene como idea principal el disminuir «de forma controlada y progresiva la producción», con el objetivo de «equilibrar» la relación entre los seres humanos y la naturaleza. La única forma de hacerlo es mediante la coacción y el control total por parte del Estado de la vida de los ciudadanos, la pesadilla orwelliana en estado puro.

Rechazo a Artur Mas y retrasar la independencia

Tras el resultado electoral, la CUP descarta una declaración unilateral de independencia, pero no cede respecto a su programa electoral. El número uno de la formación, Antonio Baños, reconoce que los independentistas “no han ganado el plebiscito” al no lograr la mayoría de los votos. «Sin un mandato claro hay cosas que no se pueden hacer y ahora quedan cosas igual de rompedoras, como poner en marcha un proceso de transformación constituyente», explica.

Respecto al pacto con Junts pel Sí, el líder anticapitalista reitera que se opone a la investidura de Artur Mas para evitar que “recortadores y corruptos” sigan al frente de la Generalitat. Es decir, que la cabeza del actual presidente autonómico corre peligro si el partido que ha ganado las elecciones quiere tener a la CUP como socio de gobierno.

Por su parte, la número dos de la CUP, Anna Gabriel pide que el líder de un eventual proceso secesionista debe ser alguien «que no tenga nada que ver con etapas anteriores, con los recortes, la corrupción y las privatizaciones». «No somos fetichistas de Artur Mas», indica.

Fuentes del partido de extrema izquierda consultadas por EFE, explican que el proceso constituyente de un nuevo estado catalán “no incluiría una declaración unilateral de independencia y, por lo tanto, el camino hacia una hipotética secesión sería más lento que lo inicialmente planteado en los programas de los partidos partidarios de la separación de España”.

Baños apunta que, gracias a ese «proceso constituyente» se podría ver «hacia dónde se decantan» los votos recibidos por la marca blanca de Podemos (Catalunya sí que es Pot), en alusión a la posibilidad de que algunos de sus diputados sean partidarios de la independencia.

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