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Crisis tecnológica: el conflicto de Ucrania amenaza con agravar la falta de chips más allá de 2024

Ucrania chips
Ucrania chips
Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

¿Estamos a las puertas de una nueva crisis tecnológica? ¿Se agravará la falta de chips? Estas son la pregunta que se están realizando todos los expertos desde que Rusia invadió territorio ucraniano este jueves de madrugada. Tras el impacto de la pandemia, la tensión del conflicto bélico podría recrudecer aún más la situación de los cuellos de botella en las cadenas de suministro a nivel mundial y la falta de abastecimiento de materias primas, así como encarecer los precios del transporte de piezas esenciales para la producción industrial o disparar los precios de la energía en las fábricas. Factores que mantendrán bajo nivel de penuria el aprovisionamiento de semiconductores en el automóvil y las telecomunicaciones más allá de 2024.

«Lo último que le faltaba a la industria de los semiconductores es la guerra emprendida por Rusia, ya que Ucrania es uno de los productores más importantes de gas neón, fundamental para la fabricación de los codiciados chips que provocaron el parón de la automoción en 2021», explican fuentes implicadas en el proceso en conversaciones con este diario. Un desabastecimiento que golpeará de lleno a Estados Unidos, puesto que Ucrania le suministra más del 90% de esta materia prima, clave para los láseres utilizados en la fabricación de chips.

Si a la importancia que tiene Ucrania en el montaje de semiconductores le sumamos que Rusia es uno de los mayores proveedores de paladio, un mental clave para esta industria, esto se traduce en una auténtica catástrofe para la salud de las cadenas de suministro a nivel mundial. ¿Los principales perjudicados? Las automovilísticas y tecnológicas.

Así, este conflicto bélico ha tumbado todas la previsiones de los analistas que ya hablaban de una recuperación de los niveles de aprovisionamiento a partir de la segunda mitad de 2022. Ahora, habrá que esperar más allá de 2024 para ver ‘brotes verdes’ en el sector de los semiconductores. Una situación que causará fuertes estragos a los fabricantes de automóviles -también golpeados por el cese de las importaciones de vehículos producidos en Rusia- y de dispositivos tecnológicos.

Compañías como Renault o Stellantis han confirmado a este diario que ya se encuentran buscando alternativas en proveedores europeos para evitar que la falta de abastecimiento de piezas se vuelva a convertir en un problema para las factorías españolas. Aunque, la firma del rombo es la que más complicado lo tiene, ya que el 40% de sus componentes se producen en territorio ruso.

Dependencia rusa

La dependencia de los países europeos de la energía rusa, concretamente del gas, se ha convertido en otro de los principales problemas. Una materia prima que, desde este jueves, ha experimentado un notable encarecimiento de los precios por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Al igual que la electricidad, que golpea de sobremanera a la industria.

Un aumento de los costes que se reflejará directamente en la inflación del mes de febrero, que se publicará la próxima semana, y que podría poner en juego la débil recuperación de la economía española, una de las más expuestas a la guerra.

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