Renault, Stellantis y Volkswagen se juegan la producción de 700.000 coches este año en Rusia
Los fabricantes europeos no se libra del impacto de la guerra entre Ucrania y Rusia. Renault, Volkswagen y Stellantis son las marcas más afectadas por el conflicto bélico, que se inició en la madrugada de este jueves, ya que producen cerca de 700.000 coches al año en territorio ruso. Una presencia que podría acarrear importantes efectos colaterales para las cuentas de las automovilísticas por las posibles sanciones que va a imponer la Unión Europea (UE) o Estados Unidos a las empresas asentadas bajo el Gobieno de Putin.
De todas ellas, el Grupo Renault es el fabricante automovilístico europeo más golpeado por el conflicto entre Rusia y Ucrania al contar con dos fábricas en suelo ruso, una en Moscú y otra en la ciudad de Toliatti -a 1.000 kilómetros de la capital de kremlin- en las que se produjeron 502.000 coches en 2020, tal y como ha confirmado la compañía en conversaciones con este diario. En concreto, la firma del rombo ensambla modelos como el Renault Kaptur y el Dacia Duster, así como los vehículos de la firma Lada -líder del mercado automovilístico ruso-. Todos ellos con un relevante éxito en el mercado europeo y, más concretamente, español.
El fabricante galo es el accionista mayoritario de Avtovaz, conocido por sus vehículos Lada, y de los 46.000 millones de euros que facturó Renault en 2021, la firma rusa aportó 6.000 millones de euros, por lo que Renault se podría enfrentar a importantes sanciones en plena recuperación tras el impacto de la pandemia. A todo esto, hay que sumar que Rusia es el segundo mercado más valioso para la firma de Luca de Meo, en cuanto a matriculaciones, después de Francia.
Fuentes de la compañía han confirmado a OKDIARIO que «ante el estallido del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia se ha formado un comité de crisis a nivel mundial para estudiar la situación y controlar la posición de la compañía en territorio ruso». Aunque otros medios de comunicación ya hablan de que las factorías de la firma del rombo podrían estar inoperativas y cerradas ante el agravamiento del abastecimiento de piezas para el ensamblaje de los modelos por la paralización de las importaciones desde Europa.
Volkswagen y Stellantis
Sin embargo, no es la única firma de automóviles europea que va a sufrir los efectos del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia en sus cuentas. El Grupo Volkswagen cuenta con una factoría en Kaluga en la que ensambla los modelos de Polo y Tiguan, así como el Rapid de Skoda y motores para Audi -firma que ya ha paralizado sus importaciones a todos los territorios bajo el gobierno de Putin-. En total, el fabricante alemán produjo cerca de 180.000 unidades en 2020.
El mayor problema para la compañía de Herbert Diess, ahora, es la posible falta de componentes para ensamblar los vehículos en su planta de Rusia por los cuellos de botella derivados de la interrupción de las importaciones, lo que podría llevar a parar de forma indefinida la factoría.
Stellantis también tiene fábrica en Rusia, aunque es una de sus instalaciones menos importantes para la recién fusionada por lo que la compañía ya se planteó hace unos meses paralizar de manera definitiva su actividad en el territorio. La fábrica del grupo que preside Carlos Tavares en Kaluga – a tan sólo 200 kilómetros de Moscú- se centra en el ensamblaje de furgonetas para Citroën, Peugeot y Opel, y es herencia directa de PSA con una producción que no superada las 50.000 unidades.
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