«El campo está perdido: conozco tractoristas que hasta el año pasado ganaban 1.000€ al mes»

El apoyo de científicos ha logrado que el sector agrícola en España tenga una revolución, pero por el momento la sensación que comparten la mayoría de agricultores es que el campo español está en las últimas.
Por desgracia, los costes desorbitados, las jornadas interminables, la competencia extranjera, el control de la Unión Europea y la falta de relevo generacional están destrozando nuestro sector agrícola.
Un buen testimonio de ello nos lo ha dejado la entrevista realizada en el canal de YouTube Mowlihawk a un agricultor madrileño de 66 años. Antonio contó sin filtros por qué nuestro campo parece herido de muerte: «Esto está muy perdido y los jóvenes lo van a tener muy complicado».
La denuncia de un agricultor español: el campo ya no da para vivir
Antonio, natural de Camarma (Madrid), se definió como «un autóctono, agricultor activo y ganadero», que durante más de medio siglo trabajó la tierra. Como voz de la experiencia, dejó grandes titulares en su entrevista con Mowlihawk.
«Ten en cuenta que hoy en día la mayoría de los tractoristas que hay… Yo conozco tractoristas que estaban ganando 1.000 euros. Y en el campo no hay horas. Desde que sale el sol hasta que se va. Y de noche se puede trabajar», explicó el veterano agricultor.
El propio Antonio reconoció que las nuevas tecnologías han facilitado el trabajo y ahora es más cómodo, pero en ningún caso redujeron la carga: «Hoy en día los vehículos vienen muy bien preparados. Yo en verano a las dos de la mañana estoy trabajando. Es cuando mejor se trabaja, más a gusto».
De hecho, el agricultor también recordó la dureza de los tiempos pasados: «Si ves que la cosa te aprieta mucho, trabajar en el campo se hace eterno. Lo bueno es que hoy en día en un tractor no se pasa frío. Antes con la mula sí. Antiguamente a los que están muertos habría que hacerles homenajes. Esos no eran persona».
Por qué trabajar en el campo ya no sale rentable a los agricultores
Durante la charla con Mowlihawk, Antonio denunció que la agricultura se ha convertido en un negocio cada vez menos rentable. «No salen las cuentas», sentenció, al referirse al aumento de los costes de producción y a las trabas burocráticas que afectaron directamente a la productividad.
Según explicó, los pequeños agricultores ya no pueden competir con los márgenes de otros sectores, y cada año es más difícil mantener las explotaciones familiares.
Además, el agricultor madrileño ha recordado que su vida ha estado marcada por jornadas interminables. «He trabajado 16 o 17 horas seguidas durante años sin puertas ni horarios», ha afirmado. Pero por desgracia, ni en los mejores años del sector la estabilidad económica estuvo garantizada.
La incertidumbre reina en la agricultura española
La incertidumbre ha sido otro de los grandes enemigos del campo español. Antonio ha lamentado que la rentabilidad dependiera siempre del clima y de los precios que marcaran los intermediarios.
«Este año puede ser otro año catastrófico. Cosechamos en junio y hasta septiembre no sabemos a qué precio nos van a pagar», ha dicho para evidenciar la falta de control que sufren los productores sobre su propio trabajo.
Aunque la situación es cada vez más complicada, hay algo que todos podemos hacer para apoyar a un sector tan importante en nuestra economía: apostar por los productos de proximidad.