Manual del Emprendedor

Cambiar el nombre del producto: una estrategia para elevar las ventas

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(Foto: Getty/iStock)

Algunas empresas deciden, en un determinado momento, cambiar el nombre de su producto. De esa forma, se vende exactamente lo mismo, en algunos casos hasta con la misma imagen, pero con una marca distinta. ¿Se trata de una estrategia adecuada? ¿Por qué se lleva a cabo? A continuación lo explicaremos.

¿Por qué una empresa cambia el nombre de un producto?

Los motivos que pueden impulsar a una compañía a realizar un cambio en el nombre de alguno de sus productos son los siguientes:

  • Voluntad de internacionalización: antes se creía que podía ser positivo tener marcas distintas por un mismo producto según el país donde se ofertaba. Ahora bien, en el contexto actual, de libertad de movimientos e intercambios constantes, el mismo consumidor puede estar en lugares distintos. Por lo tanto, si al llegar al nuevo lugar reconoce la marca, es más probable que realice el consumo.
  • Agotamiento de la marca: con el paso del tiempo, puede que la marca transmita una sensación de poca adaptación a los tiempos actuales. Solamente con cambiar el nombre ya se puede transmitir un aspecto de más modernidad, especialmente si ha aparecido competencia que ha sido capaz de captar parte del público objetivo.
  • Voluntad de dejar atrás una mala imagen: puede que la empresa haya desarrollado alguna acción que la haya perjudicado a nivel de imagen. Para intentar hacer olvidar tal error a los clientes, se cambia el nombre del producto con la voluntad de demostrar que se desarrolla un nuevo inicio.

¿Qué ventajas tiene el cambio de nombre?

Los puntos positivos de llevar a cabo tal acción son los siguientes:

  • Posibilidad de redefinirse como empresa: un simple cambio de nombre puede permitir a la empresa buscar un nuevo público objetivo que hasta aquel momento desconocía la existencia del producto.
  • Transmisión de adaptación a las nuevas preferencias: los consumidores no tienen preferencias estáticas, sino que pueden ir variando con el tiempo. El nombre de un producto, por sí solo, se asocia a alguna idea o necesidad satisfecha. Así pues, puede utilizarse el cambio de nombre por atraer a este consumidor que busca algo distinto.
  • Homogeneidad de marca en todo el mundo: es uno de los aspectos más relevantes: como se ha comentado con anterioridad, la globalización permite ofrecer el mismo producto a muchos lugares distintos. De esta forma, además, se aprovechan economías de escala y se ahorra en costes de marketing, ya que no harán falta varias campañas por nombres distintos.

¿Qué inconvenientes tiene cambiar el nombre?

Los aspectos que pueden causar un perjuicio por realizar un cambio de nombre son los siguientes:

  • Posible creación de confusión en el público objetivo: aquel público más fiel puede verse sobresaltado por el cambio, que puede no comprender.
  • Alta inversión en marketing: aparecer en el mercado de una forma distinta implica tener la necesidad de mostrarse a un cliente que hasta aquel momento asociaba el producto y la compañía con un nombre diferente.
  • Necesidad de cambiar parte del proceso productivo: todo aquello relacionado con el envase, como mínimo, será necesario cambiarlo. Implicará, por lo tanto, un coste suplementario.
  • Necesidad de mantener los canales de distribución: el producto debe de aparecer en los mismos canales que hasta entonces porque el cliente que lo había adquirido lo siga teniendo a su disposición.

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