Mercados

¡Blandiendo liquidez y deuda!

Ibex
Bolsa de Madrid. (Foto: EFE)

“Sólo eres un éxito cuando haces algo de éxito. Luego hay que repetirlo”, Gisela Turazzini.

Mister Market es un esquizofrénico en el corto plazo pero recupera su cordura en el largo plazo. En semanas anteriores les exponía mi opinión acerca de la problemática ocasionada a causa de la incertidumbre en los mercados financieros. Dicha incertidumbre convertida en volatilidad suele castigar a los inversores menos experimentados que sufren la devaluación de sus activos en lugar de defender con argumentos razonables sus inversiones.

Aquello que nos asusta nos perturba, pero lo que nos da confort es la certidumbre, como seres humanos no lo podemos evitar. El mercado es mi pasión precisamente por ser un reto emocional e intelectual complejo y constante. Estas últimas semanas Mr. Market ha reaccionado demostrándonos dos cosas; que a veces lo mejor es no hacer nada y que el miedo más allá de toda narrativa, no puede liderar jamás una cartera de inversión.

A largo plazo el mercado es justo, a corto plazo el mercado es un esquizofrénico ciclotímico que solo entiende de emociones incoherentes. Las buenas decisiones vitales suelen ser aquellas que sabemos tomar con la razón, más que con el corazón. ‘Facta, non verba’ cuando no logres separar el gesto de la situación.

Algunos probablemente pensarán que ya sabían que la bolsa se iba a recuperar y no es de extrañar, en Blackbird le llamamos patético fenómeno del “YoYaLoDijismo”. A algunas personas parece importarles más el ego de creer que tienen razón, sinónimo claro de inseguridad, que el maravilloso pragmatismo de saber que aquí nadie tiene ni idea de lo que va a suceder.

Los hechos se convierten en noticias y estas en realidades. Las bolsas han subido por varios motivos, lo primero que defendí en el transcurso de la pandemia era que el mercado cesaría su caída si se planteaban tres hechos; el confinamiento global, medidas monetarias y medidas fiscales. Los gobiernos han sido lentos para mi gusto al comprender los riesgos de esta pandemia, pero han aprendido de 2008 y por lo menos han sido ágiles en la toma de decisiones. Lo segundo que les expuse, fue que en el peor momento de la noticia las bolsas podrían rebotar.

No es cuestión de sabiduría, es cuestión de secuencias. La bolsa lo descuenta todo y ante un ‘Black Swan’ tal, descontó el desastre. Pero el mercado ya sabe que la respuesta a un confinamiento es liquidez y deuda por doquier. En 2009 aprendimos que la expansión monetaria ilimitada es capaz de levantar las bolsas. En 2012 aprendimos que la estabilidad en la deuda pública y el sistema bancario proviene de la capacidad de comprar deuda sin límites.

En 2020 hemos aprendido que las reformas fiscales son fundamentales para levantar la economía. Los líderes deben recordar siete generaciones del pasado y considerar siente del futuro al decidir sobre lo que afecta al pueblo.

La semana pasada vimos algo notable para los mercados, la ruptura de lo que define una corrección de un impulso, lo que cambia en lo técnico la amenaza bajista del fin de la crisis. Lo que venga a partir de ahora lo sabremos con el paso del tiempo, pero el impulso de la renta variable europea por encima de los dos tercios rompe lo que define una corrección, y aleja al menos a corto plazo el potencial agorero de una recaída brusca para los mercados.

El Ibex35 para variar a remolque, pero viendo la fortaleza tras el cierre de Telefónica y el sectorial bancario, raro es que no tengamos continuación del escape en lo que puede suponer las dos o tres semanas más alcistas del año. Es por esta razón por lo que a veces insisto tanto en aquello de que soportar la volatilidad es necesario, ya que estar fuera del mercado estas dos semanas, podría ser peor que haber permanecido el mes de marzo in. ¿Y a qué se debe la recomposición alcista del mercado? Una vez más en la determinante actuación del BCE, en el espectacular dato de empleo de paro en USA y en el positivo resultado de la desescalada.

En este entorno la relajación de este paupérrimo gobierno es evidente, y tal y como les sugería en el mes de marzo, es probable que el Estado aproveche la pandemia para usurpar más poder y hacer del miedo oportunidad. Esa exigencia de tener un sistema sanitario público y un amplio escudo social, ha tenido unas consecuencias claras en España, y entre otras ha sido el peor comportamiento del PIB y los peores datos de empleo.

Cierto es que ahora vendrán las medallas de haber superado una crisis, donde el único mérito pertenece a la disciplina de la sociedad española, que no a sus lamentables políticos. El problema de un Estado intervencionista que cree tener por el mango la solución, se refleja en una economía ahogada y sin incentivos. Los datos de paro de USA así como los datos sanitarios demuestran que el escudo social inexistente se puede inventar en un momento de crisis si la economía es sólida.

El sistema sanitario se puede apuntalar si existen incentivos sobre la iniciativa privada, y la economía se puede aliviar si permites a las empresas despedir con la misma facilidad que contratar. No tengas sólo una idea, crea un modelo que la pruebe.

Como decía Benjamin Graham, el mercado es un esquizofrénico a corto plazo, y lo es porque se deja amedrentar por el miedo y el pánico. Formar parte de un grupo indefenso es algo que como humanos llevamos en los genes. El miedo siempre ha sido utilizado por las personas y grupos para modificar conductas, y por el poder para ostentar más poder. De todos modos yo soy más de la cultura de que si quieres demostrar tu fuerza, debes procurar ser el más fuerte del salón, o bien procurar que el más fuerte intervenga a tu favor.

Puede que las bolsas nos dibujen que la crisis sanitaria se ha completado y que la económica va por el buen camino, pero lo que nadie se atreve a decir es que la peor crisis a la que nos estamos enfrentando como sociedad es a la crisis de la pérdida de libertades a través del uso del miedo, como cobarde arma de expropiación. Estoy en un momento de mi vida en el que busco mucha coherencia para seguir avanzando. Y cierto es que no nací con una espada en la mano, pero se me obligó a aprender a blandirla, y lo hice. «Sólo eres un éxito cuando haces algo de éxito. Luego hay que repetirlo».

Lo último en Economía

Últimas noticias