El BCE no permitirá a Francisco González seguir como presidente de BBVA más allá de 2019
El Banco Central Europeo (BCE) no va a permitir que el presidente de BBVA, Francisco González, vuelva a modificar los estatutos de la entidad financiera para alargar su mandato más allá de 2019.
Aunque González no ha manifestado su intención de seguir al frente del banco a partir de la citada fecha, el organismo monetario ya ha trasladado a la dirección de la entidad que no debe repetir los errores del pasado en materia de gobierno corporativo, cediendo el testigo de la presidencia de BBVA a aquella persona que decida el consejo de administración.
En la primera mitad de 2016 González modificó los estatutos para renovar su mandato tres años más, una reforma que fue posteriormente aprobada por la Junta General de accionistas. En aquella votación se dirimió también refrendar al nuevo número dos de la entidad financiera, Carlos Torres, que sustituyó a Ángel Cano para impulsar el negocio digital de BBVA, que es la prioridad absoluta del banco en estos momentos.
Fuentes financieras cercanas al consejo de gobierno del BCE indican a OKDIARIO que la decisión del presidente de BBVA no fue bien recibida en el seno de la autoridad monetaria, al considerar que iba en contra de los principios de buen gobierno corporativo.
Y por la misma razón el organismo que dirige Mario Draghi no permitirá que FG, como se le conoce en el mundo financiero, vuelva a repetir la jugada. González es el único presidente ejecutivo de la banca española con más de 70 años, después de que Amado Franco dejara la presidencia de Ibercaja.
En cuanto a quien puede ser el sucesor natural de González, el actual número dos del banco no es su máximo hombre de confianza, sino el consejero José Antonio Fernández Rivero, un directivo que participó en la fusión de Argentaria con el Banco Bilbao Vizcaya (BBV). Según las fuentes consultadas, será Rivero quien preparará la salida de González garantizándole una jugosa pensión.
Oficialmente BBVA no se pronuncia sobre esta cuestión, aunque las fuentes consultadas apuntan que el actual presidente de la entidad no descarta volver a pedir el respaldo de los accionistas para quedarse al frente de la entidad hasta el año 2022. Su objetivo es no abandonar la primera línea hasta que se haya consolidado la apuesta del banco por el negocio digital, que se lleva 1.000 millones de euros en gastos/inversión todos los años.