Acuerdo PSOE Podemos

Las barbaridades económicas que ha defendido Pablo Iglesias, el próximo vicepresidente del Gobierno

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias en El Hormiguero.

“A la ultraderecha se la combate con políticas económicas”. Pablo Iglesias, el próximo vicepresidente del Gobierno si se lleva a término el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Podemos, sabe bien que la economía es clave para ganar terreno político. Por eso pidió en las negociaciones con los socialistas que llevaron al 10N, y que ahora se han culminado en menos de 48 horas, a pedir ministerios clave para Podemos, como el de Economía o Trabajo.

El problema es que los mercados, los inversores y los empresarios tiemblan sólo con pensar con Pablo Iglesias dentro del Ejecutivo. Y aún más si se lo imaginan tutelando la política económica del país. Hace apenas unos meses a Sánchez también le quitaba el sueño imaginarse al líder de Podemos en el Consejo de Ministros.

Entre las razones del mundo empresarial y de los mercados para temer a Iglesias se encuentran las afirmaciones que ha ido realizando el líder de la formación morada desde que entró en la vida política: “A mi me gustan algunas políticas públicas que se han hecho en Venezuela”. “No se puede abolir la economía de mercado. Ya me gustaría a mi”. «El mayor ataque contra la libertad de expresión es que haya medios de comunicación privados».

Son solo algunas de las afirmaciones sobre economía que ha realizado en los últimos años el próximo vicepresidente del Gobierno de España, que tendrá en el sillón del Consejo de Ministros a destacados miembros de un partido que rechaza, en la práctica, la libertad de mercado. Aunque algunas de estas afirmaciones las ha ido rectificando o matizando con el tiempo, lo cierto es que Pablo Iglesias sigue defendiendo un fuerte intervencionismo en la economía. De hecho, en su partido están integrados anticapitalistas, el viejo comunismo…

Entre las propuestas económicas menos ortodoxas que ha hecho Pablo Iglesias a lo largo de su trayectoria se encuentra el impago de la deuda pública, como se recogía en el programa electoral de Podemos de 2014 bajo el eufemismo de “reestructuración”, aunque Iglesias luego afirmó que nunca había hecho esta propuesta. Lo mismo ocurrió cuando avalaba las propuestas económicas de Chávez y de Maduro en Venezuela, aunque las evidencias de los últimos meses han hecho que tenga que renunciar a dar su apoyo explícito al régimen bolivariano.

A Pablo Iglesias tampoco le temblaba el pulso a finales de 2013 para definir su ideología: “Yo soy comunista”. “Los comunistas en este país ya sean españoles, catalanes, vascos o gallegos pueden presumir de haber sido demócratas siempre”.  “Yo creo que ser comunista es algo mucho más importante que decirlo. Creo que es una praxis y que hay algunas veces en las que el nombre te puede ayudar y otras en las que no”. Es decir, que Iglesias es consciente de que en ocasiones es mejor definirse como “socialdemócrata” aunque su ideología real sea el comunismo clásico como ha dicho en multitud de ocasiones.

Sin embargo, Iglesias, aunque tiene clara cuál es su ideología económica, no tiene siempre claro los conceptos. Llegó a confundir en un viaje a Nueva York la estructura de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo, dando a cada una de esas instituciones las características de la otra, por lo que fue muy cuestionado. Tampoco conocía bien a la firma de consultoría PwC, a pesar de que es una de las más importantes. En el debate de diciembre de 2015 llegó a nombrar a esta compañía como “House Water Watch Cooper”, lo que provocó muchas críticas en las redes sociales.

Por el momento, el Ibex 35 ha recibido al nuevo socio de Pedro Sánchez con caídas. Quizás porque es un enemigo de CEOE, que aglutina tanto a las grandes empresas del país como a las pymes o al millón de autónomos que están integrados en ATA.

Iglesias aprovecha cualquier oportunidad para atacar a la patronal o a Amancio Ortega, el empresario al que más recurrentemente critica. En esta campaña le ha acusado de “no pagar impuestos como el resto”, a pesar de que lo cierto es que Inditex, la empresa de la que es accionista principal Ortega, paga casi 1.700 millones en impuestos y es la empresa que más contribuye al Fisco.

Lo último en Economía

Últimas noticias