En la Conferencia Nacional "El Futuro del Trabajo que queremos" inaugurada por el Rey

Bañez ve oportunidades en el empleo digital: «En Europa hay 900.000 vacantes que no se cubren»

OIT
El Rey acompañado por la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez (2i), el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder (d), y el presidente de la CEOE, Juan Rosell (i), a su llegada a la inauguración de la Conferencia Nacional "El futuro del trabajo que queremos" (Foto:EFE)

El Rey ha pedido este martes un «diálogo constructivo» entre «trabajadores, empleadores y gobiernos», con «la vista puesta especialmente en los más vulnerables», que favorezca una competencia acorde con «mejoras en derechos y condiciones laborales» y permita «lograr un empleo decente y digno».

Así se ha pronunciado en la sesión inaugural de la Conferencia Nacional «El Futuro del Trabajo que queremos», celebrada en el Palacio de Zurbano, el mismo lugar que acogió la primera actividad oficial de Felipe VI y la Reina Letizia, una recepción en apoyo a todas las víctimas del terrorismo que hoy ha recordado el Monarca como un «acto emotivo y cargado de simbolismo y compromiso».

Tras resaltar que la OIT nació con la convicción de que la justicia social es «esencial para lograr una paz universal y permanente», don Felipe ha subrayado que, con el mismo objetivo de «alcanzar la mayor justicia social», esta conferencia muestra la determinación de «caminar juntos» por una senda que garantice «el crecimiento, el empleo y los derechos de los trabajadores».

«Tenemos siempre la obligación de estar cerca de las personas más vulnerables y desfavorecidas», ha advertido, tras recalcar que la crisis económica ha trastocado las «perspectivas de progreso» social y ha «afectado gravemente al bienestar de millones de ciudadanos, concretamente de miles de jóvenes, que han sentido con frustración y desesperanza la imposibilidad de acceder a un puesto de trabajo».

A continuación, ha alertado de que la globalización «exige que, con una visión amplia y consecuente, se adopten medidas que favorezcan una competencia acorde con las mejoras en derechos y condiciones laborales demandadas en todos los países; al fin y al cabo, lograr un empleo decente y digno».

En ese contexto marcado por la globalización y por una «digitalización» que lleva tanto a prescindir de puestos de trabajo en algunas tareas como a generar otras ocupaciones que requieren «nuevos conocimientos y destrezas», don Felipe ha animado a apostar por «una educación sólida» y a «desarrollar mecanismos para la formación permanente del trabajador durante su vida laboral».

También ha considerado «fundamental» incentivar el espíritu emprendedor y «crear las condiciones para que una mayor movilidad permita adecuar mejor la oferta y la demanda en mercados cada vez más amplios».

Ante la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y los líderes de las principales organizaciones empresariales y sindicales, el jefe del Estado ha reclamado «un diálogo social constructivo que mire siempre por el bien común y el interés general, con la vista puesta especialmente en los más vulnerables».

En este sentido, ha puesto de relieve que el diálogo social amparado por la Constitución ha sido «uno de los pilares» del sistema democrático español y «una herramienta esencial para construir los consensos» que han permitido «alcanzar cotas muy altas de progreso» para los españoles y «acometer el proceso de transformación» que ha vivido España «en todos los órdenes».

Ahora que «el actual entorno internacional presenta dificultades importantes en materia de empleo para muchas sociedades», debemos «saber valorar y aprovechar las fortalezas de nuestro país», ha argumentado el Rey, antes de insistir en la necesidad de abordar «entre todos» los grandes retos que afronta España en este ámbito.

Bañez ve oportunidades en el empleo digital

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha augurado «oportunidades» en las nuevas profesiones surgidas del sector digital, donde el empleo ha aumentado un 13,4 % desde que comenzó la recuperación económica hace tres años.

La ministra se ha referido a nuevos empleos que arroja la revolución 4.0, como los analistas del big data, arquitectos informáticos o expertos en ciberseguridad, para los que no hay la suficiente cualificación.

«En Europa, hay 900.000 vacantes que no se cubren, es decir, que el 24 % de las empresas encuentran dificultades para cubrir el empleo de alta cualificación», ha dicho Bañez, para quien es indispensable anticiparse mediante la formación para mejorar la empleabilidad.

La ministra está convencida de que se alcanzarán los 20 millones de trabajadores en el año 2020, si bien ha considerado que es posible incrementar la tasa de ocupación (actualmente en el 61 %) por encima del 70 %, si se impulsa el empleo femenino y el juvenil.

Bañez ha explicado que las amenazas, como puede ser esta conversión del mercado laboral, pueden convertirse en oportunidades, algo en lo que también ha coincidido el presidente de la CEOE, Juan Rosell, quien ha recordado que «cuando apareció la máquina de vapor, también surgieron miedos».

A juicio de Rosell, «la tecnología avanza y hay que entenderla y aprovecharse de ella», si bien los nuevos modelos y oportunidades de negocio que aparecen deben ir acompañados de una regulación de trabajo menos estática.

Ha señalado que las futuras compañías resistirán mejor el riesgo empresarial, no tendrán que tener activos como requisito básico y sus costes para comenzar se acercarán a cero, «pero seguirán necesitando una estructura interna. Las personas serán indispensables».

Para el presidente de la patronal de las pymes Cepyme, Antonio Garamendi, la flexibilidad y la dignidad de las empresas en el futuro será «clave», y en esa situación, serán indispensable la formación y la innovación de los trabajadores.

Asimismo, ha detallado que el 90 % de los empleos que se generan en España son en el sector privados y, concretamente, el 75 % provienen de las pymes, sobre todo en las de menos de 10 trabajadores, por lo que ha solicitado «ayuda» para «facilitar la contratación en las pymes».

Por el contrario, para el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, el desarrollo de la digitalización está transformando el mundo laboral, intensificando las contratas y subcontratas en cualquier parte del Mundo, precarizando las condiciones laborales y los salarios.

«Como consecuencia del proceso tecnológico se perderán millones de empleos, empeorarán las condiciones de trabajo, sin horarios ni calendario laboral, con trabajadores más pobres o sin ninguna oportunidad de encontrar un empleo», ha considerado Álvarez.

Además, «la riqueza que se deriva del progreso digital corre el riesgo de quedarse en manos de unas pocas personas y no repercutir en la sociedad», ha alertado Álvarez, por lo que ha propuesto un impuesto finalista sobre la máquina que sustituye a las personas, una idea que «puede parecer fácua, pero que es imprescindible».

El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha considerado que los desafíos que genera la industria 4.0 se centran en reducir el volumen de desempleo, impulsar el empleo de calidad o atender las demandas de la gente mas pobre.

«Que crezca la economía es importante, pero el crecimiento o es inclusivo o no va a corregir estas situaciones», ha señalado Toxo, quien ha apostado por «la redistribución de la riqueza».

En este sentido, ha considerado necesario «recomponer los desequilibrios del mundo del trabajo», para lo que hay que corregir la brecha en gasto social que hay entre España y los países de la Eurozona, lo que sería «una inversión muy productiva y compatible con la corrección del déficit y la reducción de la deuda».

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