El aviso de un abogado laboralista sobre las pensiones: «De julio a diciembre…»
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Cuando se trata de pensiones, cada detalle cuenta. No es suficiente con el hecho de alcanzar la edad de jubilación establecida o de haber cotizado los años necesarios. De hecho, aunque no se suele mencionar, existen factores menos evidentes que pueden marcar la diferencia a la hora de saber lo que se cobra en la pensión. Uno de ellos, según expertos como el abogado laboralista Andrés Millán, tiene que ver con algo tan aparentemente simple como el mes en el que se solicita la jubilación. Y no, no es algo baladí: detrás de esta recomendación encontramos un razonamiento técnico con peso y cifras que lo respaldan.
La decisión de jubilarse no implica únicamente un cambio de etapa, ya que se trata de una elección que va a afectar el bolsillo mes tras mes durante el resto de la vida. Y cuando llega el momento de retirarse, la mayoría de trabajadores centran su atención en los requisitos más conocidos: edad mínima, años de cotización, condiciones de salud o laborales. Pero, como recuerda Millán, hay un momento del año que, estratégicamente, puede hacer que todo ese esfuerzo cotizado se traduzca en una mejor pensión: el segundo semestre del año. Su mensaje es claro y directo: «De julio a diciembre es, con diferencia, el mejor periodo para jubilarse». Puede parecer una sugerencia aleatoria, pero no lo es. Hay un motivo clave detrás de esa afirmación, y tiene que ver con el cálculo exacto de la pensión contributiva y con un factor que todos conocemos, pero al que rara vez se le da la importancia debida: el Índice de Precios al Consumo, el famoso IPC. Este índice, que mide la inflación, juega un papel esencial a la hora de actualizar las cotizaciones que determinan nuestra futura pensión.
El papel fundamental del IPC en el cálculo de las pensiones
La Seguridad Social no calcula las pensiones partiendo de una cifra fija, sino que lo hace a partir de lo que se conoce como la base reguladora. Esta base es el resultado de una operación concreta: se suman las bases de cotización de los últimos 300 meses (es decir, 25 años) y se dividen entre 350. Hasta aquí todo suena técnico, pero sencillo. El matiz llega al entender que esas bases no se toman al valor nominal que tenían hace 10, 15 o 20 años, sino que se actualizan con el IPC vigente.
Esto significa que cuanto más alto haya sido el IPC, más se revalorizan las cotizaciones antiguas y, por tanto, más sube la base reguladora. Así, el resultado final será una pensión mayor. En la práctica, pedir la jubilación en un mes donde el IPC se encuentra en niveles altos puede traducirse en una pensión mensual más elevada, y como esa pensión se cobra de por vida, cualquier diferencia, por pequeña que parezca, puede acumular miles de euros a lo largo de los años.
¿Por qué de julio a diciembre es el mejor momento?
Según los datos históricos y los análisis que manejan tanto la Seguridad Social como los expertos en derecho laboral, los meses en los que el IPC tiende a subir con más fuerza se sitúan en la segunda mitad del año. Esto tiene que ver con múltiples factores económicos estacionales, como el aumento del consumo, el turismo o los reajustes de precios por parte de empresas y servicios.
Por eso, cuando se espera hasta julio, agosto o incluso diciembre para presentar la solicitud de jubilación, las bases de cotización se actualizan con un IPC más alto que el de enero o febrero, por ejemplo. La consecuencia es directa: base reguladora más alta, pensión más alta. Y no se trata sólo de una intuición personal del abogado Andrés Millán, sino de una recomendación que también lanza la propia Seguridad Social, basada en registros y datos objetivos.
¿Cuánto puede aumentar la pensión por este simple detalle?
Aunque no se trata de un incremento descomunal, la diferencia puede ser más significativa de lo que parece a simple vista. Un ajuste del 1% o 2% en la base reguladora supone que cada mes se cobren entre 15 y 30 euros más. Eso, multiplicado por 14 pagas anuales y durante una jubilación que puede prolongarse 20 o 30 años, representa una mejora económica de varios miles de euros. Todo ello simplemente por esperar unos meses más antes de hacer la solicitud.
Este truco del calendario es completamente legal, está basado en el sistema de cálculo vigente y se convierte en una estrategia muy útil para quienes tienen margen para decidir el momento exacto de su jubilación. Lógicamente, no todo el mundo puede permitirse esperar unos meses más, pero quienes sí pueden, deberían tener en cuenta esta posibilidad.
Cada caso es distinto: por qué conviene usar un simulador
A pesar de esta recomendación general, el abogado Andrés Millán insiste en que no hay una fórmula mágica que valga para todos. Cada trabajador tiene un historial de cotización diferente, y por eso es fundamental personalizar la estrategia. Para ello, el propio Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) pone a disposición de cualquier ciudadano un simulador oficial que permite estimar la cuantía de la pensión según el mes en el que se presente la solicitud.
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