Afiliación y paro registrado de julio: estamos a 150 metros bajo el nivel del mar

Los datos de afiliación a la Seguridad Social y paro registrado de julio fueron algo mejores de los esperados. La estacionalidad del mes ha jugado a favor, como todos los años. También es probable que la normalización de la actividad económica estuviera siendo ligeramente más intensa de lo previsto.

No se malinterprete: lo anterior significa que, en lugar de estar a 200 metros bajo el nivel del mar, estamos a 150. Falta un trecho aún muy largo hasta que podamos “sacar la cabeza”.

En los últimos doce meses se perdieron 747.700 empleos, lo que implica una caída interanual de 3,8%. Es un descenso que parece “bueno” en comparación con los de los dos meses anteriores (-4,6%). Pero es peor, por ejemplo, que los de julio de 2012 y 2013, cuando arreciaba la crisis anterior. Ahora hay 18,79 millones de ocupados, que son 257.200 menos que los que había en julio de 2018. En lo que llevamos de crisis ya se han perdido todos los empleos creados en prácticamente los tres años anteriores.

De la caída no se salva nadie: pierden empleo los asalariados (-4,5% interanual), los autónomos (-0,5%), los varones (-3,8%), las mujeres (-3,9%), los inmigrantes (-5,6%) y los españoles (-3,6%). Se pierden puestos de trabajo en los cuatro principales sectores económicos: agricultura y pesca (-2,9% interanual), industria (-3,1%), construcción (-1,8%) y servicios (-4,2%).

El empleo agrario ha caído en 13 de los últimos 14 meses. En esta ocasión se perdieron 32.600 empleos. El empleo en el sector primario ha retrocedido hasta el nivel que tenía en julio de 2013.

El número de contratos firmados cayó 29,5% interanual. Es un descenso menos profundo que el de los tres meses anteriores, pero es más grave que el peor recorte que tuvo la firma de contratos en la crisis anterior (en abril de 2009). Es decir que estamos frente al cuarto peor dato de la serie histórica. En julio se firmaron 1,54 millones de contratos, que es un dato, por ejemplo, similar al del mismo mes de 2005.

La firma de contratos indefinidos continuó su tendencia declinante. Una tendencia que se inició casi un año antes de que conociéramos el coronavirus, que se explica por los errores de política económica y la falta de confianza que inspira el sanchismo-leninismo. De los últimos 18 meses, la firma de contratos indefinidos cayó en 16. En julio se firmó un 7,2% menos de contratos fijos que en el mismo mes de 2017.

Los parados registrados suman 3,77 millones. Son un 25,3% más que un año antes. En los casos de los menores de 25 años y de los inmigrantes, la subida interanual del paro supera el 45%.

¿Qué puede ocurrir de aquí en más? Partamos de la base de que hay 932.600 asalariados afectados por ERTE por fuerza mayor, a los que se suman casi 1,5 millones de autónomos (la mitad del total) cobrando una prestación extraordinaria. Con que solo una parte menor de ellos no pueda volver a trabajar, el mercado laboral sufriría un empeoramiento significativo.

Agosto es un mes en el que siempre se reduce el número de ocupados, pues la campaña de verano va llegando a su fin. Además, en distintos puntos de España se están tomando medidas que vuelven a restringir, al menos de modo parcial, el normal desarrollo de la actividad económica.

Sin embargo, el mayor peligro para el empleo y la economía está en La Moncloa: un Gobierno sectario y con ideas exactamente opuestas a las que se necesitan para crear riqueza, que amenaza con subir impuestos y derogar reformas, y que hipoteca el futuro de España con la mayor subida de la deuda pública de la historia. La Unión Europea es nuestra mayor esperanza: que sea muy exigente en las condiciones que ponga para enviar a España los fondos de ayuda, para limitar el margen de acción del sanchismo-leninismo y así minimizar el daño de sus políticas.

Diego Barceló Larran, director de Barceló & asociados (@diebarcelo)