Los 5 destinos de turismo rural preferidos por los españoles
El turismo rural está en plena forma. Lejos de ser una práctica concentrada en una temporada es cada vez más un fenómeno que atrae a turistas durante todo el año, tanto para largas vacaciones como para escapadas de fin de semana. Trivago.es ha realizado un estudio en el que analiza las búsquedas de los usuarios españoles para conocer cuáles son sus destinos rurales preferidos.
1. Asturias
Es el destino con un mayor número de búsquedas, la capital del turismo rural. Los espacios naturales en Asturias ocupan prácticamente una tercera parte del territorio por lo que toda esta naturaleza es el principal reclamo turístico de la comunidad. Los destinos más populares de turismo rural son Cangas de Onís, Ribadesella y los pueblos marineros de Luarca, Cudillero y Llanes.
La existencia de cuevas con pinturas rupestres son un gran atractivo, así como su rico patrimonio artístico y monumental. Entre las atracciones y monumentos destacan la cueva de Tito Bustillo y las construcciones de arquitectura prerrománica cuyo mayor exponente es Santa María del Naranco. En enclaves naturales como el Parque Nacional de los Picos de Europa, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, el de Redes o el de Somiedo es posible realizar actividades deportivas como escalar el Naranjo de Bulnes, practicar esquí de montaña en Sotres, hacer BTT en la Senda del Oso, senderismo en la ruta del Cares, rutas en quad y piragüismo. En este entorno rural incomparable se encuentran las casas de corredor, edificios en piedra y con un balcón de madera muy característicos que hoy en día muchos de ellos se han reconvertido en alojamientos rurales.
2. Cantabria
Cantabria es un destino rural consolidado. Conocida como La Montaña por su relieve abrupto, las opciones de actividades en contacto con la naturaleza son infinitas. La zona de Liébana es el referente en turismo rural: en ella se encuentra la culminación del Parque Nacional de Picos de Europa y ofrece numerosas rutas de senderismo y ciclismo.
La tradición termal de Cantabria está unida al turismo rural albergando siete balnearios que se integran muchos de ellos en plena naturaleza. Otro atractivo de la comunidad son también sus recursos patrimoniales como las cuevas prehistóricas con pinturas rupestres, entre las que destaca la de Altamira. La casa montañesa es la construcción rural tradicional de la zona y es posible hospedarse en alojamientos que han restaurado estos inmuebles.
3. Navarra
Pionera en turismo rural, esta región abrió los primeros establecimientos de este tipo a principios de 1990 en los valles de Roncal y Salazar. Estos valles, junto con el de Baztán, son hoy en día los principales focos de este tipo de turismo. Ubicados en la zona del Pirineo navarro, esconden frondosos bosques, cuevas y hoces y están salpicados de pequeños pueblos pintorescos como Ochagavía, Isaba o Elizondo.
En estos tres valles el turista puede practicar senderismo, BTT, esquí de fondo, deportes de aventura y la recolección de setas. Una tendencia en auge que ofrecen caseríos convertidos en casas rurales es la posibilidad de practicar actividades de agroturismo implicando al turista en las tareas cotidianas de una explotación rural como dar de comer a las ovejas, ordeñar vacas o cosechar los campos.
4. Huesca
La comunidad aragonesa ocupa un lugar destacado en el mercado rural y la zona del Pirineo es el principal destino. Las zonas más buscadas son los valles de Benasque y Tena, así como las localidades de Torla, Aínsa y Boltaña. En invierno, la nieve es el principal reclamo, pero el Pirineo es mucho más que nieve y hay quienes acuden a las montañas para practicar deportes al aire libre: escalada, senderismo, bicicleta de montaña, barranquismo, rafting, kayak o espeleología son algunas de las actividades que se pueden realizar.
Y es que el Pirineo aragonés está salpicado de multitud de barrancos, senderos y cañones que cada año atraen a miles de visitantes, todo ello sin olvidar el rico patrimonio artístico y cultural de la provincia. Por ejemplo, las muestras de arte románico, la ciudadela de Jaca, la impresionante estación de tren de Canfranc o la arquitectura popular con casas solariegas, muchas reconvertidas en alojamientos rurales.
5. Girona
Cataluña posee una red de espacios naturales protegidos muy amplia con un patrimonio natural y biodiversidad excepcionales para el turismo rural. El alojamiento rural típico de Cataluña es la masía, una casa rural aislada ligada a una explotación agraria o ganadera de tipo familiar. Girona ofrece amplias posibilidades para el ecoturismo y deportes de aventura y la zona de La Garrotxa es el mejor exponente. Alberga bosques de gran belleza como el de Fageda d’en Jordà y el patrimonio de mayor valor de la región: el Parque Natural de la Zona Volcánica.
El estilo de vida más rural es todavía palpable en Olot, Besalú, Santa Pau, Beget o en el extraordinario pueblo de Castellfollit de la Roca, ubicado sobre una colada volcánica de 50 metros de altura. Además, La Garrotxa es una comarca que dispone de un gran número de actividades para disfrutar aún más de la espectacularidad del paisaje como vuelos en globo, paseos a caballo y burro, rutas en bici y senderismo. La comarca del Empordà, cercana a la costa; El Ripollès, donde el arte románico tiene una gran presencia; o La Cerdanya, ideal para disfrutar de los Pirineos; son otros puntos de interés para el turismo rural.