«Gareth, cabeza»

Gareth Bale tuvo un arrebato de furia y perdió la cabeza en un segundo. No lesionó a nadie, ni pegó ningún puñetazo, ni mordió, ni escupió, ni pisó a un rival. Sencillamente, se calentó y respondió al empujón de Jonathan Viera con un empujón más fuerte. Bale se equivocó. Pero Fernández Borbalán tuvo el gatillo más rápido que un pistolero del Oeste para sacarle la roja. Siempre fue así con el Real Madrid.

El galés se dio cuenta de su error nada más llegar al vestuario. Por eso pidió perdón a Zidane y a todos sus compañeros. Bale sabe que dejó al Real Madrid con diez y que su expulsión fue decisiva para que el partido ante Las Palmas se torciera hasta límites insospechados. Tanto el entrenador como los jugadores aceptaron sus disculpas, pero le dieron un toque para el futuro.

«Cabeza, Gareth», fueron las dos palabras que dijo a Bale uno de los capitanes del Real Madrid. Un mensaje corto, directo, sencillo y contundente. Los jugadores del equipo blanco, sobre todo los más veteranos, han vivido en carne propia cómo algunos árbitros de la Liga española están deseando desenfundar la cartulina cuando es un futbolista del Real Madrid el que está de por medio.

Además, sus compañeros hicieron comprender a Bale que una expulsión fruto de la calentura como él sufrió ante Las Palmas puede ser letal, por ejemplo, en un partido de Champions donde no hay margen de error. Los jugadores del Real Madrid están acostumbrados a los ambientes hostiles, a las provocaciones de los rivales y a los árbitros parciales, pero deben saber contenerse.

Bale no es el primer jugador de fútbol ni será el último que ve una roja por sufrir un calentón. Eso lo comprenden Zidane el primero y todos sus compañeros también. Pero, más allá de la rapidez de Fernández Borbalán en desenfundar, está claro que los jugadores del Real Madrid deben contar hasta diez antes de dejar al equipo con uno menos por un rapto de furia. Aunque a veces les sobren los motivos.