Ni frigorífico ni microondas: el sencillo truco para descongelar cualquier filete en menos de 60 minutos
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En más de una ocasión, seguro que tu menú del día se ha visto condicionado por un despiste: te has olvidado de sacar la carne del congelador. Y aunque recurrir al microondas o cambiar de receta suele ser la salida habitual, existe un método eficaz, rápido y seguro que permite descongelar filetes sin alterar su textura ni sabor.
Este truco no necesita utilizar electrodomésticos sofisticados. Tan sólo hace falta un recurso tan básico como el agua. Esta técnica es ideal para quienes no tienen tiempo que perder.
El truco del agua fría: cómo descongelar cualquier filete en menos de una hora
Este método es probablemente el más útil cuando se tiene prisa, pero no se quiere comprometer la calidad de la carne. Consiste en sumergir el filete (o cualquier corte) en agua fría dentro de una bolsa hermética, asegurándote de eliminar el exceso de aire del interior.
El motivo es evitar el contacto directo con el agua, que podría alterar la textura o facilitar la proliferación de bacterias. Una vez sellada la bolsa, se introduce en un recipiente amplio con agua fría del grifo.
El secreto para que funcione en menos de una hora es cambiar el agua cada 30 minutos, para mantenerla a una temperatura estable y baja. Así, cortes de hasta medio kilo pueden estar listos para cocinar en tan sólo 60 minutos. Eso sí, es importante no volver a congelar la carne tras usar este método, a menos que se cocine previamente.
Este truco es rápido y seguro desde el punto de vista alimentario, tal y como recomienda el USDA (Departamento de Agricultura de EEUU), que desaconseja métodos más populares (aunque inseguros) como dejar la carne en la encimera o sumergirla en agua caliente tal y como informa Women’s Health.
Alternativas para descongelar carne
Si tienes aún menos tiempo, otra opción es el microondas. Muchos modelos incluyen la función «defrost» para descongelar alimentos según su peso. En caso de no contar con esta opción, puedes usar la potencia más baja y calentar en intervalos cortos.
Es una técnica útil para carne picada o pechugas finas, pero puede resecar la carne si se excede el tiempo o la temperatura. La clave está en cocinarla inmediatamente después, ya que este proceso comienza a cocer la pieza parcialmente.
Otra solución, menos conocida pero igual de válida, es cocinar directamente la carne congelada. Aunque el tiempo de cocción se duplica y el resultado no siempre es perfecto, es seguro y práctico si no te importa esperar un poco más. Elegir un buen método de descongelación mejorará el sabor y la textura de los alimentos. Por otra parte, también evita riesgos sanitarios.
No dejes la carne a temperatura ambiente y apuesta por técnicas avaladas por organismos como el USDA. Así te garantizas una cocina más responsable. Por último, si hay un truco que destaca por su sencillez y eficacia, ese es el del agua fría.
Además, permite organizar las comidas de forma más flexible, sin depender siempre del frigorífico o el microondas. Tener a mano este recurso puede salvar cualquier cena o almuerzo improvisado.