El vídeo que ha enamorado a los aficionados del Atlético: Luis bailando

Más allá de su imagen metódica y estrictamente profesional existía otro Luis Aragonés. Un Luis Aragonés «gamberro» que disfrutaba con dos de sus pasiones menos conocidas: el flamenco y los toros. Acaba de aparecer en las redes sociales un vídeo del «Sabio de Hortaleza» convertido en «bailaor» y de inmediato ha conquistado los corazones de toda la afición rojiblanca, incluso los de los más jóvenes que no llegaron a conocerle.

Amigo íntimo de Manolo Caracol, Luis frecuentaba el tablao madrileño de «Los Canasteros», donde era fácil  verle no sólo a él, sino a otros jugadores del Atlético como Iselín Santos Ovejero, en una época en la que los futbolistas profesionales eran mucho más mundanos, lo que les permitía licencias como ésta. El vídeo corresponde a un baile que se marcó Luis en 1.970 con «La Campano» para celebrar el título de Liga ganado por el Atlético esa temporada tras superar por un solo punto al Athletic de Bilbao. Aragonés, que entonces tenía 31 años, fue el máximo goleador del equipo con 16 tantos, empatado con Gárate. De aquella noche ha trascendido también otro baile de Iselín Santos Ovejero con «La Polaca», pero seguro que hubo algunos más.

El fragmento del baile de Luis Aragonés en «Los Canasteros» con «La Campano» ha sido colgado en la red social X por el usuario @cochiseATM y de inmediato se han disparado las reproducciones porque presenta una faceta poco divulgada del que ha sido uno de los grandes mitos de la historia del club, que le consagró una estatua en la entrada del Metropolitano. Pocos conocen esta imagen del que cuatro años más tarde, en 1.974, se convertiría en entrenador de la primera plantilla, pero sus amigos cercanos saben que ese era el auténtico Luis Aragonés.

Y que te pongas los zapatones de taconear y taconea.

El Atleti es alegría. pic.twitter.com/S0HbLVBcyX

— cochise (@cochiseATM) December 2, 2024

De Luis se cuenta la anécdota de que fue el descubridor de Camarón, al que vio actuar en San Fernando en el verano de 1.968 tras un trofeo Ramón de Carranza en el que había participado el Atlético de Madrid. El de Hortaleza quedó tan impresionado que se levantó de la mesa y llamó de inmediato a su amigo Manolo Caracol. «Trátelo para Madrid y lo probamos», le dijo el cantaor sevillano. El resto, a partir de ahí, ya es historia. «Tenías razón Luis, cómo canta el cabrón del niño», le respondió pocas semanas después. El resto es historia.