UCAM Murcia se levanta y aparta de la Copa a Valencia Basket

La Copa del Rey ya tiene una de sus tradicionales sorpresas de cuartos. UCAM Murcia dio la campanada de lo que va de torneo y despide a Valencia Basket (83-86) tras un encuentro trepidante, con tres partes diferenciadas y una final en la que los universitarios se mostraron mucho más firmes en sus creencias y, cómo no, acertados cara al aro. Webb, con un triple importantísimo y McFadden, el mejor en una segunda parte en la que perdieron una ventaja de 20 puntos pero pudieron levantarse a tiempo para seguir soñando en Granada.

Valencia no pudo completar la remontada después de un inicio de tercer cuarto espectacular, en el que en cuatro minutos levantaron una desventaja que apuntaba a ser definitiva para UCAM Murcia. Una machada que se quedó en nada debido al tronío de McFadden, impresionante en ataque, la defensa de Jordan Davis y la puntualidad de Webb III, que apareció de su letargo tras un primer cuarto para, a falta de segundos para el final, anotar un triple que respondía al de Prepelic y a la postre resultaría decisivo.

Después de un jueves de emociones fuertes, el viernes amanecía en lo baloncestístico con un Valencia-UCAM Murcia en el que los taronja eran considerados favoritos por historia, pero no debían confiarse ante el empuje de una plantilla con norteamericanos preparados para sumar ritmo y puntos, además de una afición mayoritaria en las gradas del Palacio Municipal de Deportes de Granada. Murcia era local virtual y su inicio de partido no hizo sino ilusionar más a los incondicionales pimentoneros.

Con un Webb más que inspirado, haciendo pareja con Lima, coloso en la zona, y Taylor doblando esfuerzos como generador exterior, la ventaja al término del primer cuarto era clara. 14-28 para UCAM, que no iba a bajar un ápice su intensidad y un acierto desorbitado desde la línea de tres puntos, con 10 triples antes del descanso. A la fiesta se había sumado Radovic y también McFadden, también presente en el despegue y que sería clave al final. Al descanso, un 33-52 que obligaba a reaccionar inmediatamente a los de Peñarroya.

Valencia remonta en un pispás

Dicho y hecho. El mal de altura venía a visitar a Murcia en la reanudación y eso ante Valencia y, especialmente, ante Jasiel Rivero, es poco menos que un suicidio deportivo. El cubano se hizo grande y confirmó sus buenas sensaciones de la primera mitad para irse hasta los 20 puntos, liderando una remontada efectiva, efectista y, sobre todo, supersónica. En cuatro minutos, el parcial de 20-0 daba la vuelta al luminoso y provocaba el éxtasis en uno de los laterales, donde los aficionados taronja pasaban de la nada al todo en unos segundos.

Dirán los inconformistas por naturaleza que la remontada de Valencia se produjo demasiado rápido, pero lo cierto es que representó uno de esos momentos que en la Copa parecen más posibles dentro de lo extraordinario. Y puede también que tengan razón. UCAM tuvo tiempo de calmarse y cambiar de estrategia, con Sito dando entrada a Davis para que le diera aire a la posición de base, sobre todo en defensa.

Murcia completa la sorpresa

Con tres pequeños repartiendo roles, Davis en defensa, Bellas en la dirección y McFadden en la ejecución, Murcia aguantó la mayor inspiración de Valencia, que tenía en Prepelic y Dimitrijevic a la pareja que ejercía de contrapunto en un último cuarto de exteriores y máxima igualdad. Así llegamos al tramo realmente decisivo, donde las defensas se endurecieron y los jugadores clave de Murcia parecieron llegar a su límite físico.

En esas apareció Prepelic para romper la igualdad con un triple a falta de un minuto que, además de espectacular, bien pudo servir para dar un golpe decisivo al encuentro. Lo impidió Webb III, segundos después, con un triple que se salía de guion pero entró de lleno en el aro maldito del Palacio de Granada, dándole una ventaja a UCAM Murcia que ya no iba a perder. McFadden, que tanto y bien había anotado, convirtió los últimos desde el tiro libre y Valencia, por dos veces, marró el tiro decisivo para confirmar la sorpresa que manda a los universitarios a semifinales y a los taronja, de vuelta a casa.