Las sospechas de la Fiscalía en el caso Fuenlabrada que salpican y mucho a Tebas
El caso Fuenlabrada tiene en vilo al fútbol español con sus 28 positivos. El club madrileño, con el beneplácito de la Liga, se saltó todo el protocolo sanitario que cumple cualquier ciudadano español viajando a La Coruña y creando un brote de coronavirus en el hotel NH Finisterre horas antes de disputar el lunes el último partido de la temporada regular de Segunda División.
Hay muchos frentes abiertos, muchos relatos y contrarrelatos en una historia que se inició hace exactamente una semana cuando tres empleados del club madrileño dieron positivos por coronavirus. El equipo, con gran ascendencia en la Liga al contar en su staff con el hijo del mandamás Javier Tebas, preguntó a la patronal de clubes qué hacer en esta situación en lugar de dar parte al Consejo Superior de Deportes o a la Federación Española de Fútbol, actores salpicados más adelante en la historia.
El club iba a vivir un día histórico ese lunes pudiendo entrar en los play-offs de ascenso a Primera o lo que es lo mismo: poder aspirar a un premio de lotería de 40 millones de euros por los derechos televisivos cobran los componentes de la máxima categoría. Se desconoce si Tebas Jr. cobraría alguna prima de ello o no, pero lo que estaba claro es que el niño podría conseguir que incrementar exponencialmente el valor de un club que hace dos años transitaba en Segunda B y que una década atrás jugaba en Tercera.
El quid de la cuestión es que el domingo se produjo otro caso –según las versiones dadas inconcluso– en el Fuenlabrada acentuándose la realidad de que había un brote. A los jugadores no se les dijo demasiado de todo esto porque de lo contrario algunos no habrían actuado como lo hicieron acudiendo a cenar con su representante y otros jugadores de otros equipos a un famoso restaurante en Madrid.
El lunes, sin que todavía supiesen nada ni Consejo Superior de Deportes ni la Federación, la Liga manda unos test PCR para seguir adelante con el plan de viaje a La Coruña cuando era una negligencia hacerlo. El Fuenlabrada hizo todo lo que la patronal de clubes les dijo hasta que la bomba estalló en el hall del hotel por la tarde, según la línea de investigación de la Fiscalía de La Coruña.
La Liga, ya sin poder seguir huyendo hacia adelante, llamaba al CSD y la Federación para activar la Comisión de Seguimiento del Pacto de Viana. La pata estaba metida hasta el fondo con jugadores del Fuenlabrada teniendo contacto con periodistas en el hall del hotel, que a su vez han tenido que ponerse en cuarentena.
Tebas no contó los hechos en ese encuentro. Simplemente se limitó a decir que había seis casos confirmados de positivos en el Fuenlabrada y que proponía suspender la jornada en siete de 11 partidos dejando que se jugasen únicamente en los que no había nada en juego. Con el CSD y la Federación aún ojipláticos por la exposición de los hechos, al presidente de la Liga le comentaron que suspender la jornada selectivamente era algo extravagante.
Tras una pausa de hidratación en la reunión, Tebas cambió completamente su guion pidiendo únicamente la suspensión del partido entre el Deportivo y el Fuenlabrada, mientras le decían que eso podría afectar un poco a la integridad de la competición. El presidente dijo que no era su voluntad esa, pero que el partido ya había sido suspendido por la Xunta, algo que no era cierto porque el organismo gallego no se enteró hasta una hora después de la reunión de la situación que había surgido.
Tebas, con línea directa con los madrileños, sabía que esa solución sería la menos mala para los intereses de su equipo amigo. Finalmente, todos los implicados acataron la sugerencia del presidente de la Liga como responsable máximo de la competición y se suspendió el partido.
Intento fallido de fuga
Mientras los teléfonos no paraban de sonar de un lado y otro y los clubes se iban indignando al conocer la determinación de Tebas, el presidente sólo se planteó dos objetivos: sacar como fuese a los jugadores del Fuenlabrada del hotel y echar la culpa a otros de que sólo se suspendiese el Deportivo-Fuenlabrada.
La Liga intentó sacar por tierra, por aire y lo habría intentado por mar si Madrid hubiese tenido puerto. Se encontraron con que los pilotos que les habían traído ya estaban en cuarentena por la broma del viaje y que esa intentona de irse a las 22 horas del mismo día que fueron era una fantansía animada. Por si fuese poco, la Xunta les impedía salir del hotel y mucho menos en coches particulares con destino a Madrid. El equipo favorito de Tebas se quedaba en un hotel confinado hasta nueva orden siendo los propios jugadores los rehenes de decisiones ajenas. Todos estos datos están en manos de la Fiscalía.
El paso de las horas ha ido dejando una serie de noticias cuanto menos sorprendentes. Tebas incluso dejó entrever en la Comisión Delegada de la Liga que era víctima de una persecución y que podría marcharse del cargo, algo que causó la carcajada limpia en los clubes más curtidos del gallinero. En aquella reunión, el presidente cargó muy duramente contra Fiscalía, Ayuntamiento de Coruña, Xunta y quien se le hubiese puesto por delante.
«Me va a venir bien pasar tres meses en la cárcel. Después de todo lo vivido será una liberación mental», afirman que dijo Tebas uno de los clubes presentes en la reunión. «El CSD no tiene ni puta idea de sus protocolos y de la normativa. Especialmente Irene, que es una inútil y desleal porque sacó la nota de prensa antes de que respondieran a algunas preguntas del CSD complementarias. El CSD quiere mi inhabilitación. La Federación todavía tiene menos ideas de protocolos y les tuvimos que explicar conceptos muy básicos», zanjó Tebas en dicha reunión.
Tebas y los protocolos
Los clubes no se atrevieron a preguntar nada fuera de guion por miedo a que Tebas se la guarde en el futuro, pero el chascarrillo de los protocolos todavía sigue vigente. No en vano, el que parece no haber leído una disposición de este tipo es el propio presidente de la Liga, quien debería saber que lo que dicte o actualice el Ministerio de Sanidad va por delante de cualquier disposición sanitaria que la Liga haya firmado. Por ese motivo, la Fiscalía ha incluido en la denuncia el delito contra la Sanidad pública. No porque nadie se haya inventado nada o porque los futbolistas estén por encima de la sociedad.
Tebas se encuentra debilitado y enfadado porque nunca esperó que el CSD le leyese la cartilla. Habitualmente ha sido lo contrario, pero en esta ocasión se han cruzado líneas muy peligrosas como la salud pública, conflicto de intereses familiares y adulteración de la competición.
En el CSD mantienen con firmeza su postura y no van a recular ante un Tebas que no les informó de lo ocurrido y lo ocultó durante 48 horas como si tuviese secuestrado al Fuenlabrada. Tampoco le perdonan a Tebas que hiciese viajar al equipo a La Coruña extendiendo el peligro contra la salud de todos ni que les haya hecho quedar como los malos gracias a unas cuantiosas subvenciones en prensa.
En un correo publicado por Libertad Digital, ese enfado de Tebas con el CSD se hace patente con directrices tan duras como cancelar todos los actos conjuntos de ambas instituciones o con frases como que «se han aprovechado de nosotros para volver al deporte en general, para financiarse y para que les hiciéramos el trabajo».
Ahora Tebas se enfrenta a una situación insólita desde su liderato al frente de la Liga. Deberá resolver sobre el final de una Segunda División que puede irse a septiembre si no salen las cosas rodadas y deberá decidir si acepta una Liga de 24 equipos como aboga todo el mundo. Y todo esto mientras le miran con lupa desde el CSD, la Federación, la Fiscalía y el Gobierno.