Simeone está de aniversario: así ha cambiado el Atlético en sus ocho años en el banquillo

23 de diciembre de 2011. Una fecha marcada a fuego en la historia del Atlético de Madrid. Ese día, hace ocho años, el Cholo Simeone se hacía cargo de un conjunto rojiblanco que iba a la deriva después de haber sido eliminados de la Copa del Rey por un equipo de Segunda B como era el Albacete en aquellos tiempos.

La llegada del técnico argentino cambió radicalmente al Atlético de Madrid y su historia, pasando a ser en ese momento un club del montón a otro temido en toda Europa. Ahora, tras ocho años al frente de la nave rojiblanca, Simeone se encuentra en uno de los momentos más delicados, pero sigue siendo enormemente superior el número de aficionados que el apoyan que los que no, que ya han olvidado todo lo que ha hecho el Cholo Simeone en este lapso de tiempo. Como por ejemplo, algo tan simple de coger a un equipo que tenía un valor, según Transfermarkt, de 201,5 millones y tener actualmente uno de 835,5 kilos.

Simeone sustituyó a Gregorio Manzano, pero continuó con la línea algo ascendente que comenzó con Quique Sánchez Flores atrás con la consecución de una Europa League y una Supercopa de Europa. Antes del técnico madrileño, el Atlético vivió una época convulsa con un descenso y sequía de títulos después de años gloriosos con futbolistas como Luis Aragonés, Gárate, Adelardo, Ratón Ayala y compañía que los más jóvenes conocen por los relatos de sus padres y abuelos.

Cambio de mentalidad

La eliminación frente al Albacete es un claro ejemplo de la primera diferencia que hay entre aquel Atlético y el actual. La llegada de Simeone fue un punto de inflexión. Apenas meses después, los rojiblancos ganaron la Europa League, la temporada siguiente la Copa, en 2014 ganaron la Liga y ese mismo año y 2016 alcanzaron la final de la Champions League. Unos años de diferencia pero una ambición totalmente diferente.

Esto lleva a la otra gran diferencia: el Atlético pelea por títulos. Antes de la llegada del Cholo, los aficionados rojiblancos tenían que dar gracias si llegaban con opciones a la Copa del Rey. De hecho, las últimas finales de este torneo fueron en 1999 y 2000, ante Valencia y Espanyol respectivamente. Las dos se saldaron con derrotas y la del cuadro periquito se sumó al descenso a Segunda.

Esta lucha por títulos nos lleva a la tercera gran diferencia. Clasificarse para alguna competición europea era una odisea y había que depender de la ya extinta Intertoto o rondas de play offs. Bajo el mando de Simeone, el Atlético de Madrid es un fijo en Europa y se ha convertido en un equipo puntero en el viejo continente que siempre está en la zona alta de los ránkings que publica la UEFA.

Filosofía cholista

Ese poderío europeo que ha alcanzado el Atlético de Madrid con el Cholo Simeone se debe en gran parte a la fortaleza defensiva con la que ha dotado al equipo rojiblanco. Aquí tenemos la cuarta diferencia. De la fragilidad en la zaga que se vivía con los Pablo, Gamarra, etc. se pasó a los infranqueables Godín, Miranda, Giménez, Filipe… Tras esta diferencia llega la quinta, una muy clara. La calidad de los fichajes. De fichar a los jugadores que destacaban en equipos de mitad de tabla, a robar promesas como Joao Félix, Hermoso o jugadores contrastados internacionalmente como Héctor Herrera, Tiago, etc.

El sexto apartado diferente que se aprecia durante la etapa del Cholo Simeone ha sido el más tardío. El Atlético de Madrid ya no es un club vendedor. Ya no se necesita vender en el Metropolitano para fichar, aunque este verano haya sido así, pero con el gran matiz que ha sido que las grandes ventas han llegado por pagos de cláusulas de rescisión. Eso se aprecia claramente en los datos ofrecidos anteriormente: cogió una plantilla con valor de 201,5 millones y ahora puede conservar un plantel de 835,5 kilos.

Ciñéndonos más a la ciudad de Madrid encontramos la séptima y la octava diferencia. Una de ellas, ahora el Atleti ha vuelto a ganar derbis. Desde aquella final de Copa en 2013, los rojiblancos siempre le han plantado cara al eterno rival, aunque unas veces con más y otras con menos fortuna. Y por último, un gran cambio que siempre gusta a la afición: la cantidad de canteranos que tienen la oportunidad en el primer equipo y que se quedan. Los Koke, Saúl, Thomas en la actualidad se suman a los Fernando Torres o Gabi que han militado en los últimos cursos a las órdenes de Simeone.