Sara Sorribes cae en Roland Garros tras rozar los cuartos en una maratón
Sara Sorribes cayó eliminada de Roland Garros en octavos de final después de ceder ante Haddad Maia en un encuentro histórico por su duración
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Se acabó la aventura de Sara Sorribes en el cuadro individual femenino de Roland Garros. La tenista española, la última de la Armada aún en liza, cedió en octavos de final del segundo Grand Slam de la temporada ante la brasileña Beatriz Haddad Maia, en una auténtica maratón de tres horas y 51 minutos que convierten el choque en uno de los más largos de la historia del tenis femenino. Sorribes contó con una ventaja de 7-6, 3-0 y saque, pero vio como la favorita remontaba y acababa llevándose el gato al agua (6-7(3), 6-3, 7-5) para seguir soñando en París.
La igualdad en el encuentro fue tal que contamos con juegos de hasta un cuarto de hora e intercambios que obligaron a las protagonistas a sufrir un desgaste maratoniano. Finalmente, tras tres horas y 51 minutos de encuentro, uno de los más largos de la historia reciente del tenis femenino, Sara Sorribes no tuvo más remedio que claudicar ante el último winner de Haddad Maia, quien visiblemente emocionada, celebraba y se fundía en un sentido abrazo con su rival en la red, ya como parte de los cuartos de final de Roland Garros por primera vez en su carrera.
Sorribes sufrió lo indecible para mantenerse en el primer set, en el que fue perdiendo por 2-5 y acabó remontando hasta conquistarlo en el tie-break. A partir de ahí, parecía comenzar el despegue de la castellonense, quien se colocaba con 3-0 y 40-15 con el servicio en el segundo. Tenía pie y medio en los cuartos de Roland Garros, todo un sueño, pero la realidad tenía otros planes para Sara, quien vio y sufrió en primera persona la resurrección de Haddad Maia, número 14 del ranking WTA, quien le dio la vuelta a la contienda apuntándose el segundo set por 6-3.
Duro, durísimo golpe para Sorribes, quien volvía a sonreír después de meses de calvario por las lesiones, que la colocan en un puesto del ranking, el 132, que no es acorde con su calidad y capacidad de sufrimiento. Precisamente esto último le otorgó fuerzas para seguir en el encuentro e ir igualando los envites de Haddad Maia, hasta mandar el choque a la resolución final, en la que la precisión de la brasileña marcaría la diferencia y daría por finalizado, con el 7-5 definitivo, el sueño individual de Sara en París, donde todavía le queda el dobles junto a Bouzkova.
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