En una entrevista

Rodrigo: «Cuando era un niño nunca quise ser futbolista para tener un Ferrari»

El jugador español repasó su trayectoria como futbolista

Rodrigo explicó las diferencias entre ser entrenado por Simeone y Guardiola

"Desde que era niño, simplemente he estado persiguiendo un sentimiento", comenta el jugador del Manchester City

Rodrigo
Rodrigo en la Eurocopa. (Getty)
Ignacio Sánchez

Rodrigo Hernández es y ha sido un futbolista diferente al resto. Primero porque a día de hoy es uno de los mejores jugadores del mundo y mereció ganar el Balón de Oro la pasada temporada. También por ser una persona sin redes sociales, alejado del ruido e incluso con estudios de universidad en su haber. El segundo capitán de la selección española ha repasado en una entrevista su vida, sus inicios en el fútbol, su aprendizaje con Simeone y Guardiola y lo que supuso para él ganar la Eurocopa este verano.

«Cuando ganas para tu país, la emoción es diferente. Volví a mis orígenes, a cuando jugaba en la piscina, luego en el jardín y de nuevo en la piscina. Cuando cogía la bicicleta en el tranvía para ir a entrenar. Cuando corría por los bosques de Connecticut llorando de alegría cuando ganamos el Mundial», comenta el futbolista del Manchester City. 

«Te das cuenta de que no sólo has hecho feliz a una ciudad, sino a todo un país. Tantas personas y generaciones diferentes que experimentan esa alegría por primera vez. ¿Cuántos de esos niños corrían como locos la noche que Lamine marcó contra Francia? ¿O cuando Mikel marcó contra Inglaterra? Miles. Millones», añade Rodrigo.

«Si le preguntaran a mi madre, dirían que soy lo más alejado de la normalidad. Cuando se trata de fútbol, soy un adicto. Si soy normal es probablemente en el sentido de que no me importan las redes sociales ni las zapatillas de 400 libras. Desde que era niño, simplemente he estado persiguiendo un sentimiento. No dije: ‘Oh, quiero ser futbolista para tener un Ferrari’», prosigue.

Rodrigo explica cómo fueron sus inicios de niño con una pelota: «A los 10 años, si jugaba un partido y no lo hacía bien, no podía hablar con mis padres en todo el día. Estaba demasiado enfadado conmigo mismo. Estoy seguro de que mi madre me miraba y pensaba: ‘¿Qué demonios le pasa? Es sólo un juego’. Pero para mí era casi como una droga», dice Rodrigo.

Rodrigo y su primer coche

«Al principio iba en mi bicicleta hasta el entrenamiento. Luego, saqué el carnet y le dije a mi padre: ¡Vale, tengo 3.000 euros para comprarme un coche. A ver qué me encuentras’. Me llamó al día siguiente y me dijo: “Bueno, encontré uno. Esta anciana lo está vendiendo. Quiere 4.000, pero tiene una computadora dentro”. Yo dije: ¡Guau! ¿Un ordenador? Me trae el coche y es un Opel Corsa. Conducía ese coche a los entrenamientos todos los días, como un jugador de baloncesto. Mis compañeros de equipo se burlaban de mí, ¡pero a mí no me importaba!», relata el español en una entrevista para The Players’ Tribune.

Por otro lado, el centrocampista español recuerda su paso por el Villarreal: «Ahí aprendí lo que significa ser un profesional. No sólo un futbolista, sino un profesional. Cuando volví a casa, al Atlético, por una temporada, aprendí lo que significa realmente la competitividad. Cuando estaba en el Villarreal, era muy bueno con el balón en los pies, pero seguía siendo un poco blando. Con Diego Simeone aprendí lo que significa ser el malo de la película. A ser un poco cabrón en el campo. A hacer la vida imposible al otro equipo durante 90 minutos».

Por último, explica lo que ha supuesto ser entrenado por Pep Guardiola: «Cuando tuve la oportunidad de fichar por el Manchester City el verano siguiente, fue un sueño para mí. Hablé con Sergio Busquets antes de aceptar el fichaje y me dijo: ‘¿Pep? Te va a hacer mejor jugador. Pero nunca, nunca, nunca va a dejar de presionarte. Nunca habrás acabado’».

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