El Real Madrid sale vivo del encierro de Pamplona (1-3)
No estábamos en el mes de julio ni eran las ocho de la mañana. Posiblemente el único parecido de los jugadores del Real Madrid con corredores era el blanco de su uniforme. Pero El Sadar era una fiesta, los jugadores rojillos eran bravos y los de Zidane no tenían otra que hacer una carrera perfecta para llegar sanos a la plaza y sumar tres puntos en el encierro que le habían preparado en Pamplona.
El Real Madrid había pedido su bendición, no a San Fermín, sino a San Modric, para que le guiase en el encierro dándole su bendición con buen fútbol. El croata volvía al once después de su lesión. Una alineación con la que Zidane sorprendía de inicio. El galo recuperaba el sistema ya ensayado esta temporada con tres centrales y dos carrileros largos. Danilo y Marcelo tenían que ser los jefes de las bandas. Un sistema dinámico y fácilmente adaptable a las circunstancias ya que permite cerrar bien atrás y crear superioridad en el centro del campo.
Como si se tratase de la cuesta de Santo Domingo, tradicionalmente el tramo más peligroso del encierro porque es donde más rápido corren los toros, el Real Madrid sabía que los primeros minutos eran clave. Osasuna mostró sus intenciones con varias faltas feas y un par de llegadas que si no fueron ocasiones sí hicieron sobresaltarse a la defensa.
En una de esas acciones se produjo la escalofriante lesión de Tano. Cada lucha por el balón era una batalla y en una acción fortuita y de mala suerte con Isco se rompió. Las caras de los jugadores hablaban por sí solas. Todo apuntaba a tibia y peroné. Y así se confirmó tras las pruebas médicas.
Seguía Osasuna llevando la iniciativa, no por fútbol, pero sí por empuje. Keylor tenía que intervenir y al Real Madrid le costaba llegar al área rival. No estaban cómodos los de Zidane. Modric e Isco no aparecían y el balón no circulaba. El césped tampoco ayudaba. El bote de la pelota sobre una hierba recién plantada y mojada era impredecible en cada jugada.
CR7, especialista en la fiesta de Pamplona
Pero los madridistas solventaron ese tramo. Con el paso de los minutos, se podría decir que la carrera ya transcurría por el Ayuntamiento y Mercaderes, los toros de la ganadería de Vasiljevic empezaban a ir más lentos. La intensidad no podía ser mantenida durante todo el recorrido y en cuanto hubo oportunidad, gol. Benzema metió un balón interior perfecto a Cristiano Ronaldo, todo un experto en disfrutar de la fiesta en Pamplona. Sus 11 goles en 10 partidos a Osasuna así lo certifican. Y esta vez tampoco perdonó batiendo entre las piernas a Sirigu.
Pero nadie dijo que estuviese hecho. Un despiste de los blancos provocó el revolcón. Sergio León ganó la espalda a los centrales y se plantó ante Keylor. No le tembló el pulso para batir con una picadita magistral al meta madridista. El partido enloquecía por momentos con llegadas a ambas áreas. Apenas minutos después, Benzema iba a disponer de una ocasión clarísima para volver a adelantar al Madrid en el marcador. Sólo tenía que empujar, pero Sirigu usó sus 192 centímetros de estatura para estirarse lo justo para impedir que entrara la pelota. El gafe de Karim con el gol seguía vigente. Y así se llegó al descanso. Un respiro para ambos equipos y con trabajo pendiente. ¿Mantendría Zidane el dibujo o movería las fichas con el objetivo de mandar más en el partido?
Ya en la segunda parte, el recorrido llegaba a ese famoso ángulo recto para enfilar Estafeta. Un momento peligroso en el que cualquier error te puede llevar a la enfermería. Y Keylor frenó lo que hubiese supuesto una cogida tras un gran disparo de Sergio León. En medio del runrún con De Gea, el tico sostenía al Madrid. Los blancos parecían empeñados en coger la curva por el lado peligroso.
La lesión de Danilo llevó a Zidane a reestructurar el equipo. David García pisó el tobillo del brasileño en la disputa de un balón y le mandó directo al vestuario. No pudo ni levantarse. Y el francés, en lugar de dar entrada a Carvajal, hombre por hombre, apostó por James. El Real Madrid necesitaba asistencias y goles. Y eso lo tiene el colombiano.
Isco sacó el periódico
El recorrido llegaba a Estafeta, el cansancio era cada vez más evidente y el peligro aumentaba según pasaban los minutos. El momento requería calma y saber estar y apareció Isco cuando el Real Madrid más cerca estaba de las astas del toro.
Benzema arrancó en el área una jugada que acabaría en el segundo gol madridista. El francés intentó zafarse de los rivales, pero el balón quedó suelto tras tocar en un defensor. La pelota fue recogida por un Isco que colocó el balón en la red. Los blancos respiraban tras un rato de agobio.
El cambio vino bien a los de Zidane, que ahora ya sí mandaban en el juego. El partido entraba en Telefónica. Guiados por Isco, el Real Madrid intentaba llevar el resultado hasta la plaza a punta de periódico. El malagueño junto a Modric y James hacían de pastores. Se necesitaba coordinación y evitar acelerones para evitar situaciones de peligro.
Lucas entraba por Benzema para ayudar a ello. Ya en el callejón sólo hacía falta una llegada tranquila y sin montoneras. Así podría haber sido si el minuto 77, el colegiado hubiese señalado un claro penalti sobre Cristiano Ronaldo. El defensor de Osasuna impedía que el luso hiciese el tercero, pero no se señaló el punto de castigo. Y todavía hubo algún susto, pero una vez más Keylor paró al más bravo de todos: Sergio León. Lucas se gustó ya en la plaza marcando el tercero y definitivo en el descuento picando el balón por encima de Sirigu.
El Real Madrid sigue líder y con rodaje suficiente para afrontar ya no un encierro si no una faena de las grandes. El miércoles espera el Nápoles en el Bernabéu. Eso ya es otra película. Es la Champions.