Tras la pista de Savio Bortolini: una zurda dorada en el Bernabéu

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Savio Bortolini fue una pesadilla para el Bayern de Kahn.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Su fichaje fue de carambola. El Real Madrid de Juup Heynckes hacía aguas por todas partes tras una exitosa temporada anterior con Fabio Capello. El club blanco tenía problemas para encontrar acomodo a Ze Roberto, ya fuera en el lateral que ocupaba indiscutiblemente Roberto Carlos o en el interior donde Raúl González era clave.

El brasileño se quejó amargamente de su desgracia y al Madrid se le presentó la oportunidad de quitarse de en medio a un futbolista que no había demostrado nada y que se veía en el Mundial de Francia 98. El Flamengo se interesó por Ze Roberto y el entonces presidente Lorenzo Sanz pudo elegir qué escoger. La tripleta formada por Edmundo, Romario y Savio estaba maravillando en esa temporada.

El Real Madrid realizó un trueque, de esos que a día de hoy parecen imposibles, y cambió al conflictivo Ze Roberto por Savio. A simple vista se podría decir que eran el mismo tipo de jugador, pero pronto se vio que Bortolini tenía ángel.

Llegado en el inicio de 1998, en su primer partido falló un penalti contra el Deportivo de La Coruña. Sin embargo, Savio se repuso de aquel complicado inicio y fue partícipe del mayor éxito de la época coronándose como uno de los héroes de la Séptima, pese a no tener ni un minuto en la final.

Consagración con Hiddink y Tosack

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Savio, en un Clásico contra Xavi.

Al año siguiente, aquel Madrid campeón no cuajó ni con Guus Hiddink ni con John Benjamin Tosack. Sin embargo, Savio sí que empezó a carburar gracias a su exquisita zurda y al adelantamiento de posición de Raúl a la mediapunta. El brasileño, con sus regates eléctricos y su sociedad con Roberto Carlos, comenzó a hacerse un hueco el once del que sería indiscutible ese año y el siguiente.

Savio fue el que dio la asistencia del gol de coronilla que Anelka anotó para meter al Madrid en la final de Champions de París. Allí no fue titular, pero fue fundamental dando el pase del tercer gol a Raúl que acabaría por apuntillar al Valencia. A diferencia de su predecesor, el brasileño jamás se quejó de no jugar, pese a ser uno de los más queridos de la grada blanca.

Aquella en París fue el preludio de lo que le esperaría en la era Del Bosque. Las lesiones, también muy frecuentes, no le ayudaron a encontrar la continuidad necesaria y su puesto se lo arrebató un McManaman obligado a cambiar de banda por la llegada de Luis Figo.

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Savio posa con Roberto Carlos y Flavio y su tercera Champions.

Las puertas se le cerrarían definitivamente al año siguiente con la llegada de Zinedine Zidane al club blanco. Apenas jugó ocho partidos en la temporada 2001/02 y fue la única en la que no consiguió un gol. Eso sí, sumó otra Champions más, la tercera, a su palmarés. Sin sitio en el equipo, al año siguiente fue cedido al Girondins de Burdeos, donde fue la estrella del equipo.

La ‘vendetta’ de Savio en Zaragoza

Sin embargo, al extremo le había cautivado la Liga española y en cuanto tuvo la carta de libertad puso rumbo a Zaragoza, donde ya con 29 años vivió una segunda juventud. Allí ganó la Copa del Rey al Real Madrid en Montjuic y posteriormente se hizo con la Supercopa. Anotó 18 goles en tres temporadas antes de volver al Flamengo de sus amores.

Al volver a casa, Savio se dio cuenta de que tenía carrete para rato y regresó a dar sus últimos coletazos en España con la Real Sociedad y el Levante, aunque su aventura más romántica fue en Chipre, donde se convirtió en un ídolo de masas. Allí clasificó al Anorthosis Famagusta por primera vez en su historia para la fase final de la Champions y hasta dieron guerra: se jugaron el pase a octavos de final en el último partido contra el Panathinaikos.

Ya con 36 años a sus espaldas, Savio emprendió el camino del retiro dorado. En el modesto Avai jugó su última temporada donde se fue anotando 4 goles y con el reconocimiento honorífico del campeonato.

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Savio regresó al Bernabéu como comentarista de la Champions.

Nada más retirarse, el ex jugador montó una empresa de eventos y conferencias. En ese mundillo, Savio ha crecido hasta convertirse en uno de los comentaristas de televisión más conocidos de Brasil siendo la voz de la sabiduría en los Champions y hasta recientemente ha sacado un best seller sobre su carrera «Savio, regates hacia una vida exitosa».

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