Gran Premio de Australia de F1

Al puro estilo Alcaraz: la victoria de Sainz fue una demostración de cabeza, corazón y …

El madrileño tiró de casta para culminar un triunfo de campeonato

Sainz
Carlos Sainz celebra su victoria en el podio de Australia. (Getty)
Kike Sáez

Hacer un recorrido en la vida de Carlos Sainz desde el mes de enero hasta este domingo es una aventura apasionante. El piloto español se alzó con su tercera victoria en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Australia dos semanas después de someterse a una operación de apendicitis que le obligó a perderse el fin de semana en Arabia Saudí. Lejos de desmotivarse, ya que le supuso una notable pérdida de puntos, el de Ferrari se centró en su recuperación con la esperanza de llegar a tiempo a la cita en Melbourne.

Finalmente, lo logró y el pasado viernes ya se puso ver a Sainz subiéndose al SF-24 para las dos primeras sesiones de entrenamientos. El sábado hizo lo propio y dio el primer paso hacia su triunfo del domingo con una actuación espectacular en la clasificación. Carlos lideró la Q1 y la Q2 y en la Q3 sólo un mal tercer sector le impidió llevarse la pole por delante de Max Verstappen.

Nuevamente, sin rechistar ni poner una mala cara, el madrileño se enfocó en la carrera. Su casilla de salida era privilegiada, pues iba a luchar por la victoria desde la primera línea de la parrilla junto al campeón, al que se le iban a acumular los problemas ante un titánico Sainz, que en cierta parte puso en valor el lema de su tocayo Alcaraz: corazón, cabeza y c******.

Después de una salida limpia, Sainz no dejó que Verstappen se escapara de costumbre y se arrimó lo máximo posible con la idea de intentar adelantarle en la segunda vuelta con el DRS abierto. Cuando lo consiguió, allá por la curva 7 del siempre entretenido circuito de Albert Park, el humo se adueñó del monoplaza del holandés, que se tuvo que ir directo hacia el garaje de Red Bull para evitar generar mayores problemas.

La emoción de la familia Sainz

Verstappen abandonaba y el camino hacia la victoria quedaba despejado para Sainz. Todavía convaleciente de ese problema en el apéndice, el hispano clavó el mejor tiempo uno tras otro y realizó una genial gestión de sus tres juegos de neumáticos, e incluso fue preguntado por su equipo si quería intentar apropiarse de la vuelta rápida en el último giro.

Este se negó y se la cedió a su compañero Charles Leclerc, con el que iba a tener un detallazo al final de la carrera. Sainz pidió a Ferrari que les dejaran entrar prácticamente pegados para celebrar el primer gran doblete del equipo desde el GP de Bahrein 2022. Una bandera de España se asomó justo al lado de la bandera de cuadros en el momento en el que Carlos se proclamó rey de Australia.

«Singapur fue la bomba. Hace dos semanas… todo ha sido una locura. El disgusto con las noticias en Ferrari, buena primera carrera, luego lo del apendicitis en Arabia. A ver si se puede recuperar y hacer un buen año. Ojalá pueda tener la oportunidad de correr en un equipo que le permita luchar por victorias», confesó su padre, Carlos Sainz, unos minutos después de emocionarse apostado frente al podio en el que su hijo estaba celebrando el triunfo al ritmo del himno de España.

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