El Oporto presiona a Casillas para que se vaya en enero

El misterio de Casillas en el Oporto está cada día más cerca de resolverse. Después de temporada y media al más alto nivel, Iker se ha ido de repente al banquillo. La respuesta es clara: el club portugués está presionando al portero para que se marche en enero y poder así desprenderse de su jugador más caro y cumplir el Fair Play financiero de la UEFA.
La versión oficial de su entrenador, Sergio Conceiçao, para dejar a Iker Casillas en el banquillo es que se trata de una medida “técnica”. Pero, ¿está parando mal Iker en el Oporto? Pues los datos lo niegan. En la temporada 2015-16 recibió 88 disparos entre los tres palos en Liga y paró 61 (el 68%); en la temporada 2016-17 recibió 73 y paró 57 (78%); y este curso había batido su propio récord de imbatibilidad con más de 500 minutos sin encajar un tanto. En datos: 16 tiros en contra y 13 paradas, el 81%. Vamos, que lo de la decisión técnica no hay nadie que se lo crea.
La verdad es que el Oporto está presionando a Iker Casillas hacia la puerta de salida en el próximo mercado, que se abre en diciembre. Y todo es por dinero. El portero gana en torno a los cinco millones de euros brutos por curso, de largo el salario más alto de la plantilla.
El club luso le renovó el pasado julio porque así se prescribía en una cláusula firmada en 2015 si disputaba un número de partidos determinado en la temporada 2016-17, como así sucedió. Pinto da Costa, el presidente, prolongó el acuerdo por imposición contractual, no por voluntad propia. La situación contable le empujaba a recortar gastos.
Sancionados por el Fair Play financiero
En junio la UEFA intervino al Oporto por incumplir las normas del Fair Play financiero con un déficit de 51 millones de euros en 2016 y 35 millones en 2017. El organismo rector impuso al club un límite de 25 millones de déficit para 2018, le obligó a pagar una multa, y lo restringió a inscribir 22 futbolistas en la Champions, tres menos que el cupo de los clubes en situación regular.
Esa es la verdadera razón por la que Iker Casillas no juega. El Oporto quiere, más bien necesita, que se vaya en enero y la mejor manera de presionarle es dejándole en el banquillo.