Nadal resucita a tiempo y ya está en semifinales de Montecarlo
Rafa Nadal selló el pase a semifinales tras vencer a Guido Pella en dos horas y 20 minutos por 7-6 y 6-3, en un duelo que empezó perdiendo 4-1 en el primer set
Rafa Nadal ya está en las semifinales de Montecarlo tras un partido muy sufrido. Tuvo que sacar su mejor tenis para doblegar a Guido Pella por 7-6 y 6-3 en dos horas y 20 minutos. El argentino plantó batalla de principio a fin, sobre todo en el primer set, en el que puso contra las cuerdas al once veces ganador de este Masters 1.000 con un doble break (4-1). Pero el de Manacor resurgió de sus cenizas cual ave fénix y le dio la vuelta. En semifinales le espera el ganador del Borna Coric-Fabio Fognini.
Nadal volvió a empezar con dudas, no encontrando buenos golpes, sin sentirse cómodo sobre la pista mientras Pella sacaba su mejor tenis para empequeñecer al rey de la tierra batida. Le rompió el saque nada más empezar, el balear le devolvió el break pero no estaba cómodo al servicio y el argentino y le hizo dos roturas consecutivas para ponerse 4-1 arriba y saque. Este duelo no se parecía en nada al del año pasado en Roland Garros donde Rafa arrasó.
Pella llegaba muy motivado y desplegando su mejor juego, metiendo golpes imposibles ante un Nadal muy errático que no conseguía hacer daño ni con su derecha ni con su revés. No había manera de doblegar al argentino y el doble break ponía muy cuesta arriba la primera manga. Para cualquier otro habría sido una losa muy difícil de levantar, de hecho ni siquiera Djokovic lo hizo en el último set ante Medvedev. Pero no para Rafa, no para el mejor tenista de todos los tiempos en polvo de ladrillo.
Al principio parecía bloqueado, no sabía cómo hacer daño a Pella e intentaba hacer su juego de siempre. Pero eso no funcionaba porque la derecha cruzada se le quedaba corta y Guido, al ser zurdo, respondía con una derecha paralela demoledora. Cada vez que sacaba a pasear su golpe favorito ponía al de Manacor contra las cuerdas. Hasta que Rafa cambió el rumbo del partido.
Con 4-1 empezó a jugar más sobre el revés de su rival y haciendo daño con el suyo para recuperar los dos breaks y colocarse 5-4 arriba. La derecha empezó a carburar, el revés iba como un tiro y Pella había bajado el ritmo fruto de la gran recuperación del balear. Pero el argentino no había dicho su última palabra y aprovechó que Nadal volvía a cometer errores no forzados muy claros para romperle el servicio.
Sacaba para ganar el set, pero el español respondió y se rehizo para forzar el tie-break donde pasó como un vendaval y se impuso por 7-1 para adjudicarse el primer set en una hora y 22 minutos, más de lo que le costó superar a Bautista en su debut. Un set que parecía perdido con 4-1 pero Rafa demostró por qué es el mejor tenista de todos los tiempos en tierra batida y uno de los mejores de la historia de este deporte. Aguantó bien de cabeza en los momentos complicados, no se fue del partido en ningún momento y acabó barriendo a su rival en la muerte súbita.
Nadal arrasa en el segundo set
Pella ya no sabía qué hacer, seguía golpeando con su derecha pero ya no hacía tanto daño. Nadal le había cogido la matrícula, tenía la lección aprendida y no permitió que el argentino diera la sorpresa. Ganar la primera manga le dio más confianza y moral, si cabe, a un tenista que necesita muy poco para motivarse. Puso la directa y se apuntó un break nada mas empezar el segundo set para ponerse 2-0 arriba.
Los papeles habían cambiado, ahora era el balear el que llevaba la batuta del partido, le entraba todo –hasta sus famosos banana shots–. Pero el número 35 de la ATP no dio su brazo a torcer y aguantó el tipo cuando parecía que Rafa iba a llevarse la manga sin apenas resistencia, algo parecido a lo que sucedió con Dimitrov que plantó cara en el primero pero sucumbió en el segundo. Físicamente estaba como un toro, pero no encontraba la manera de romper la muralla que había implantado Nadal.
Pella aguantó todo lo que pudo y más, exprimió su mejor tenis hasta el último segundo pero eso no fue suficiente. El rey de la tierra estaba de dulce, se había recuperado del mal inicio, de esos más de 20 errores no forzados en el primer set y cuando pone el turbo no hay manera humana de frenarle. En el cuarto juego le volvió a romper para ponerse 4-1 arriba y doble break. Luego lo afianzó con su servicio y terminó cerrando el partido por un contundente 6-3, que en nada se asemejaba a la igualdad que había sobre la pista.