Mino Raiola, el pizzero que llegó a dominar el mercado de fichajes
Carmine Raiola, conocido popularmente como Mino, ha fallecido este sábado con 54 años siendo uno de los grandes actores del fútbol mundial sin dar una patada a un balón. El italiano llevaba tres décadas como agente de futbolistas siendo uno de los que más comisiones sacó durante este tiempo moviendo a grandes nombres como Bergkamp, Ibrahimovic, Pogba o Haaland.
Conocido en el mundillo de los agentes como el pizzero, mote que por cierto le encantaba, comenzó a trabajar en el negocio familiar de sus padres como camarero con 11 años. «Realmente nunca fui pizzero, al menos no como mi padre. Podía lavar platos, todavía me gusta. Me da una especie de paz limpiar cosas, ves el resultado inmediato de tu trabajo», dijo en una entrevista sobre sus primeros pasos en el mundo de los negocios.
Su familia se mudó a las afueras de Ámsterdam cuando era muy niño. Habla fluidamente cinco idiomas y eso que no tenía muchos estudios. Lo suyo era ir a los campos de fútbol, hablar con unos y otros, invitarles a una pizza en el restaurante familiar –llegaron a abrir 10 franquicias en Holanda– y luego engatusar a sus clientes. Así ocurrió con Dennis Bergkamp, el delantero más codiciado del mundo en 1993, al que Raiola llevó al Inter de Milán en su primera gran operación a escala internacional.
El agente consiguió que pagasen 7,1 millones de euros –un traspaso récord para la época– trazando las líneas maestras de lo que sería su futuro como agente. Con el dinero de la comisión que ganó fundó Sportman, una agencia que movería millones y millones en la Serie A italiana en su momento de vacas gordas. Pavel Nedved, Michel Kreek o Marciano Vink fueron algunos de los clientes que llevó al Calcio.
La fama mundial, sin embargo, le llegaría como agente de Zlatan Ibrahimovic. El sueco ha sido uno de los jugadores que más dinero ha movido en la historia del fútbol y todo ello gracias a la mediación de un Raiola que lo llevó a vestir las camisetas de Ajax, Juventus, Inter, Barcelona, Milán, Manchester United, Los Angeles Galaxy o Paris Saint Germain a lo largo de su dilatada carrera.
El delantero fue la gallina de los huevos de oro para un Raiola que fue cobrando una comisión tras otra hasta conseguir extender su red a jugadores de primerísimo nivel como Pogba, Haaland, Donnarumma, Verratti, Matthijs de Ligt o Gravenberch. Lo que comenzó siendo un niño inmigrante que lavaba platos en el negocio de sus padres se ha convertido en uno de los agentes más ricos de la historia con una fortuna estimada en 120 millones de euros. Y eso que sólo ha podido vivir 54 años.
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