Jorge Mendes reabre su ‘oficina’ en el Camp Nou seis años después
Jorge Mendes sigue con su particular expansión de redes en el mundo del fútbol. Los tentáculos del superagente llegan cada vez más lejos. El último ejemplo de ello ha sido André Gomes, al que ha conseguido llevar al Barça donde hacía años que no lograba encajar a ningún futbolista desde hacía ocho años.
Márquez fue el último jugador representado por el luso que pisó el Camp Nou. Desde que se marchó en el verano de 2010 rumbo a Estados Unidos (New York Red Bulls) no había vuelto a hacer negocios con el conjunto azulgrana. Con Joan Laporta en la presidencia vivió sus mejores años en Barcelona, donde consiguió llevar a varios futbolistas como Deco o Quaresma entre otros.
No era la primera vez que hacía negocios con el conjunto catalán. Su primera operación con el Barça fue la de Simao Sabrosa en 1999. En ese momento todavía estaba poniendo los cimientos de Gestifute, que nació en 1996 con la operación de Nuno al Oporto. Desde entonces, Mendes comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la representación de futbolistas. A partir de ahí empezó a crear sus redes y expandirlas por toda Europa para después ir ampliando al resto de continentes.
Tras Simao, el siguiente en aterrizar en el conjunto azulgrana fueron Quaresma, quien tan sólo estuvo una temporada (2003-04), y el mexicano Rafa Márquez. Éste último ha sido el jugador que más tiempo ha mantenido en el combinado catalán. Durante siete temporadas fue uno de los pilares del centro de la defensa del Barça e incluso llegó a proclamarse campeón de Champions en dos ocasiones.
Una campaña más tarde apareció Deco para ocupar el lugar de Quaresma. El centrocampista portugués se plantó en la Ciudad Condal como un fichaje estrella para el Barça de Rijkaard. Estuvo cuatro temporadas, hasta que en 2008 puso rumbo al Chelsea –otro de los clubes con los que Mendes tiene buena sintonía–. Desde entonces, Márquez se quedó como único representante de Gestifute hasta el aterrizaje de Rosell.
Sin embargo, cuando llegó el directivo catalán a la presidencia del Barcelona le cortó el grifo. No quería tener lazos con el superagente portugués. Y durante su etapa al frente del club, jamás ha vestido la azulgrana un jugador representado por el luso. En cuanto anunció su adiós, Mendes empezó a retomar los contactos y ahora ha conseguido volver a juntar todas las piezas e instalar de nuevo su oficina en el Camp Nou.