Marvin, velocidad y elegancia al servicio de Álvaro Benito

Marvin
Marvin durante un partido en Doha. (Al Kass International Cup)
Iván Martín

Se llama Marvin Olawale Akinlabi Park. Acaba de cumplir 16 años, aterrizó el pasado verano a La Fábrica y ha sido clave en la victoria del Juvenil C del Real Madrid en la Al Kass International Cup. El jugador más exótico de Valdebebas –puesto que tiene raíces nigerianas por parte de padre y coreanas por parte de madre– hizo un jugadón en la final para que Simal convirtiera el primer gol del partido. Durante todo el torneo ha sido el jugador número 12 de Álvaro Benito, una figura clave que ha sumado notablemente para lograr el torneo más importante en esta categoría.

El mallorquín se crió en diferentes equipos de la isla hasta que llegó al Penya Arrabal, donde terminó de llamar la atención de los ojeadores del Real Madrid después de proclamarse campeón de España de Selecciones. El club blanco ha tenido una dura batalla para hacerse con un mediapunta, aunque los que le conocen aseguran que «nunca han visto correr a un niño con tanta elegancia como la que tiene Marvin». La entidad madrileña tuvo que insistir mucho hasta que el jugador y su familia no pudieron decir que no a la extraordinaria oferta deportiva y educativa ofrecida. El Mallorca lo intentó hasta el final, como otros clubes, aunque el entorno del jugador prefiere que se mantengan en el anonimato. Su fútbol no ha pasado inadvertido para nadie.

Finalmente, el atacante llegó a la capital de España este verano tras firmar un contrato que le vincula con el Real Madrid hasta 2019. Ha recalado en el Juvenil C de Álvaro Benito, un conjunto con una enorme exigencia que tiene el campeonato doméstico encauzado y ya ha conquistado el primero torneo internacional. Aunque aún tiene por delante retos importantes como revalidar el Mundial de Clubes sub-17.

Marvin, timidez y calidad a partes iguales

El mallorquín habla con soltura sobre el césped, pero fuera del verde es un muchacho extremadamente tímido. Desde el Penya Arrabal aseguran a DIARIO MADRIDISTA que tardó tres meses en empezar a hablar con sus compañeros, lo que preocupaba a los técnicos. Su madre aseguraba que estaba encantado, pero no lo expresaba con palabras. Poco a poco se fue soltando y cogiendo confianza, hasta que se convirtió en uno más. Bueno, no era uno más, ya que no se puede ser uno más cuando desde el club balear explican que su equipo eran «Marvin y 10 más». Su cambio de ritmo, velocidad y buen trato de balón le convierten en un futbolista diferente.

Otro rasgo que caracteriza a esta promesa del fútbol español es su capacidad para guardar un secreto. Todos en Palma sabían que Marvin iba a jugar en el Real Madrid, compañeros incluidos, pero nadie lo supo a través del jugador. A él le dijeron que tenía que mantener la discreción hasta que se cerrara todo y así lo hizo. Tanto fue así que el día de su despedida, después de perder la final de la Copa Coca-Cola, la delegada de su equipo, su madre deportiva, comunicó a sus compañeros que Marvin iría al Real Madrid. Él no dijo nada, sólo se limitó a llorar.

El madridista vive en la residencia de la cantera en la Ciudad Real Madrid solo, ya que sus padres se han quedado en Mallorca junto a sus dos hermanos. Las primeras semanas las pasó muy mal, pero ha encontrado el apoyo del meta balear Adrián Rodríguez, rival suyo muchas veces y compañero de vestuario ahora. Marvin ya está totalmente adaptado y sus condiciones son extraordinarias. Lo tiene todo para convertirse en un gran jugador.

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