El madridismo ha desertado: cuarta peor entrada del año

El madridimo ha desertado. La afición blanca, especialmente el socio que paga religiosamente su abono temporada tras temporada, comprendió tras la eliminatoria ante el Ajax que dejó al Real Madrid sin opciones en las tres competiciones que la temporada había tocado a su fin. Tres días para olvidar habían terminado con cualquier opción de ir a Cibeles en la presente temporada. Sólo el retorno de Zidane generó una mínima ilusión que se diluyó pronto, en cuanto el público se percató de que el conductor del barco había cambiado, pero los marineros seguían siendo los mismos que estaban firmando una temporada calamitosa.

Frente el Eibar el Santiago Bernabéu registró la cuarta peor entrada de la temporada. 50.284 valientes se acercaron a Chamartín a presenciar un partido sin historia en el que el equipo, una vez más, no estuvo a la altura. Especialmente en una primera mitad para olvidar.

A pesar de la mala imagen mostrada por los jugadores, el público aguantó una bronca que sólo llegó cuando los primeros 45 minutos llegaron a su fin. Fue en ese momento cuando los pitos sonaron con fuerza en el Bernabéu, pero durante el resto del partido la gente entendió que este equipo está para lo que está y silbarlos no va a servir para mucho. De hecho, en el segundo acto, cuando los jugadores lo intentaron, el aficionado trató de apoyar a un bloque que no lo está pasando bien, pero que terminó ganando.

El madridismo, como el club en general, ya tiene la mente puesta en la próxima temporada. Los siete partidos que restan para que finalice el curso -tres de ellos en casa-, se han convertido en unos trámites incómodos que sólo servirán para reafirmar que la reconstrucción de la plantilla es más que necesaria y que algunos jugadores no pueden seguir jugando ni un minuto más en el Real Madrid. Por ello, ante Athletic, Villarreal y Betis se esperan pobres entradas que mantenga la dinámica que se ha vivido durante un curso en el que sólo se colgó el cartel de no hay billetes ante el Barcelona en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey.