Luis Suárez devuelve al Atlético un punto que tenía perdido
El equipo vuelve a levantar un 0-2 ante una Real Sociedad admirable que hizo un partidazo
Isak y Sortloth dejan en evidencia la endeblez defensiva del campeón
Suárez marcó primero a pase de Joao y luego forzó un penalty que transformó él mismo
Luis Suárez y el teléfono: «Que la gente sepa que sigo usando el mismo número…»
No ha sido una buena semana para el Atlético, que no ha podido ganar ni uno solo de los dos partidos que ha jugado en el Metropolitano, lastrado por un boquete defensivo que el equipo debe tapar cuanto antes, pero por lo menos puede quedarse con el dato positivo de que ha sido capaz de levantar dos 0-2 consecutivos. El del martes ante el Liverpool no sirvió de nada. El de hoy ha valido para rescatar un punto que parecía perdido y mantener la pelea por un liderato que retiene la Real Sociedad tras su novena jornada consecutiva de imbatibilidad.
El equipo que ha fabricado Imanol Aguacil ha adquirido esta temporada una madurez absoluta. No pierde desde la primera jornada en el Camp Nou, pero su fortaleza trasciende los resultados. Sabe a qué juega, mantiene la identidad en todo momento y explota todas y cada una de sus virtudes. Cualquier otro se habría hundido cuando el Atlético le remontó los dos goles. La Real no sólo no lo ha hecho, sino que se ha ido hacia arriba a por el 2-3 con cambios ofensivos. Admirable.
La salida del Atlético fue demoledora. El equipo hizo circular el balón a velocidad de vértigo sin que la Real Sociedad pudiera hacer otra cosa que perseguir sombras. Sin embargo el fútbol nunca dejará de ser una caja de sorpresas. A los seis minutos Joao quiso salir por entre dos rivales en una acción absurda que lo único que propició fue que en la evidente pérdida del portugués Merino habilitara en la banda a Isak, que advirtió la llegada de Sortloth. El noruego no parecía partir en ventaja ante Oblak, pero en la salida del meta esloveno le tiró un amago de cintura que le permitió hacerse con el espacio necesario para mandar al fondo de la red con un disparo suave pero letal que significó su primer gol en el fútbol español. No tuvo mal gusto para elegir el escenario.
De repente el partido, que sólo se había jugado en el área donostiarra, adquirió una dimensión inesperada. Al Atlético, que había pisado el campo con la testosterona por las nubes, confiado en sus fuerzas, empezaron a entrarle dudas. Por el contrario la Real se encontró en un escenario en el que sin duda se sentía a gusto. A los 13 minutos Sorloth avanzó con la potencia suficiente como para dejar atrás a toda la defensa rojiblanca, pero el pase final a Isak no lo resolvió con acierto el sueco Isak, que le entregó el balón a Oblak. A Simeone definitivamente ya no le gustaba lo que estaba viendo. Sus gritos empezaron a oírse hasta en Barajas.
Joao y Lemar probaron suerte con dos remates fuera del área que no encontraron portería, pero fue sólo una pequeña piedra en el zapato para una Real Sociedad cada vez más cómoda que avisó del 0-2 en dos ocasiones, primero en una serie de rebotes que acabaron un disparo de Isak que se fue a córner y luego en una pared entre David Silva y Sorloth que obligó a intervenir a Oblak. En el intercambio de golpes apareció por primera vez Luis Suárez a los 27 minutos para cabecear un pase de Lemar, pero Remiro embolsó el balón sin dificultades en la que sería además la única vez en toda la primera parte en la que el Atlético fue capaz de disparar entre los tres palos porque el partido llegó al descanso sin más sobresaltos en ninguna de las dos porterías, pero con Simeone haciendo un aparte con Carrasco, consciente de que era necesario cambiar algo. El belga apareció de salida cuando los futbolistas regresaron del vestuario en sustitución del francés Lemar.
La Real, sin embargo, también respuesta al movimiento rojiblanco. A los tres minutos David Silva forzó una falta fuera del área que Isak envió al fondo de la red con un disparo sorprendente que primero superó a una barrera mal colocada y luego a un Oblak que dio la impresión de poder haber hecho algo más en el remate del sueco. Silenciado por completo el Metropolitano, el Atlético entró en un agujero negro.
Reacción a tiempo de Luis Suárez
A Simeone no le quedó otra que sacar un revólver, meter una bala y jugar a la ruleta rusa. El equipo volvió a la defensa de tres y Correa se sumó a la ya de por sí extensa nómina de atacantes rojiblancos. El órdago no tardó en surtir efectos. A los 60 minutos Joao levantó desde la izquierda un balón prodigioso que en su vuelo superó a los centrales y llegó a la cabeza de Luis Suárez, que cabeceó al fondo de la red para resucitar al equipo y al estadio.
Con Simeone cerrando los puños y pidiendo auxilio a la grada, ahora fue Imanol Alguacial el que se vio obligado a intervenir. Portu, Turrientes y Pacheco aportaron piernas frescas y abandonó el partido el que hasta ahora había sido su jugador más decisivo, el sueco Aleksander Isak. Las consecuencias fueron pronto evidentes. El Atlético empezó a ganar metros y la Real Sociedad a perderlos. El partido empezó a jugarse muy cerca de Remiro. Demasiado. A los 75 minutos Suárez se quedó tendido en el área tras un encontronazo con Merino. Munuera ordenó seguir la jugada, pero el VAR le recomendó que se fuera al monitor, donde se hizo evidente que el capitán donostiarra había impactado con el gemelo del uruguayo. Balón a los once metros y empate a dos. De nuevo Suárez. Ocho goles les ha marcado ya a los realistas.
El 2-2 igualó el partido por completo. El Atlético se sintió aliviado, pero sin demasiadas fuerzas como para ir a por la victoria, mientras que la Real se levantó de la lona y se negó a ir al matadero por voluntad propia. Imanol lo demostró con los cambios de Lobete y Januzaj, que no intervinieron en el partido, pero que sirvieron para mantener al Atlético alejado de Remiro, que ya no tuvo que sufrir ningún otro sobresalto.