«Lo de Ramos no se entrena, se lleva en la sangre»
El vestuario del Real Madrid es un carnaval de gritos, abrazos y choques de manos entre un montón de tipos que intentan recuperar el resuello. Se respira adrenalina. Y victoria. «¡Qué par de huevos tienes, Sergio!», se escucha. Y risas. Jugadores y cuerpo técnico están celebrando el triunfo ante el Deportivo como si valiera una Champions, quizá porque lo vale. Y Sergio Ramos es el héroe. Y no por accidente, sino por reincidente.
Todo el mundo le felicita, le abraza. Más de uno le vacila con su habilidad innata para marcar esos goles históricos. Sergio Ramos ya es leyenda y lo sabe, pero en el vestuario del Real Madrid no dejan de alucinar con su capitán. «Lo de Sergio no se entrena, se lleva en la sangre, es el ADN del Real Madrid», coincidían Zidane y sus ayudantes, aliviados tras la remontada, después del partido. Era un reconocimiento no ya a una heroicidad, sino a una trayectoria. Un Nobel en madrididismo.
Así vivió el Bernabéu el gol de Ramos
En la sala de prensa, Zidane repetía en público lo que piensa de Sergio Ramos en privado: “Sergio tiene lo que tenía Raúl. Él pensaba que siempre se podían conseguir cosas grandes y fue un jugador muy importante para nosotros entonces. Ramos, ahora, trasmite energía a todos los demás. Es nuestro capitán. Es el alma de este equipo y lo demuestra siempre. Nunca baja los brazos”.
Sus compañeros, habituados y alucinados, no paraban de comentar la jugada en el vestuario. Sirvan como muestra las palabras de Morata, que confesaba su incredulidad al final del partido: “Yo no me lo creía. Lo estaba viendo y dije… no puede ser. Ojalá no se acabe nunca porque parece un cuento. Lo que hace Sergio Ramos es mejor que un truco de magia. Ojalá siga así y nos dé muchas victorias y títulos. Para los que no son del Madrid será suerte y para los que sí, serán cojones”.
Mientras, en la cúpula del Real Madrid celebraron el gol de Sergio Ramos como si diera un título. «Sergio siempre está ahí y muestra mejor que nadie lo que son los valores del Real Madrid: no rendirse nunca», decían los dirigentes del club blanco, conscientes de la importancia del gol del capitán para viajar al Mundial de clubes con el colchón de puntos en la Liga todavía intacto.
Sergio Ramos volvió a hacer magia porque tiene una varita en la cabeza y el escudo del Real Madrid en el corazón. Nunca se da por vencido, nunca pierde la fe y cuando pasa el minuto 90, ahí está el santo capitán para obrar el milagro de cada día. ¿Por qué será? Él mismo lo dice, porque «cuando uno lucha hasta el final con fe, entusiasmo y fuerza al final las cosas ocurren”.