Debe 'recuperar' cabeza y cuerpo para volver en 2024

Lesiones, salud mental o Roland Garros: los motivos que llevan a Nadal a la retirada

Rafa Nadal ha tomado una decisión clave en su carrera, una retirada temporal con varios motivos que le llevan a parar por un tiempo

Nadal no jugará en Roland Garros, anuncia una retirada temporal y la definitiva en 2024

El truco que utilizará Rafa Nadal para no perder su puesto tras la lesión

Nadal ranking
Rafa Nadal, en la rueda de prensa. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La posibilidad de imaginarse un Roland Garros sin Rafa Nadal pasó a convertirse en una obligación, real, tangible, desde el momento en que el pasado jueves, a las 16:00 horas, el tenista español pronunciara sus primeras palabras en una rueda de prensa convocada, a priori, por este motivo. «Tengo varias cosas que anunciar», deslizaba Rafael, quien más allá de confirmar la noticia sobre su ‘no’, obligado, a jugar en París, desvelaba también que se retiraría temporalmente y que 2024 sería su último año en el tenis profesional.

Todos los que hayan seguido la trayectoria de Nadal, saben que los triunfos, numerosos y extraordinarios, se han visto frenados en más de una, dos y tres ocasiones por las lesiones. La última, más allá de la importancia, ha acabado con la paciencia de Rafa, un auténtico luchador que quiere seguir compitiendo, pero que ha entendido, con una capacidad de reflexión tan sublime que está a la altura de su talento deportivo, que tiene que parar para poder brindarse un último baile a la altura de su trayectoria.

¿Por qué ha llegado a este límite Nadal? El primer motivo que ya se ha expuesto es el obvio, una lesión en el psoas ilíaco que se ha complicado, afectándole a la cadera y posiblemente también a los tendones de esa zona, que hace que no pueda jugar sin dolor y sí con limitaciones claras en el plano físico. Rafa no se ve para competir así y por ello dudó, desde el comienzo de la gira de tierra batida, de su presencia en el Godó y Madrid. La confianza en jugar en Roland Garros comenzó siendo plena, para dar paso a las dudas, a la posterior renuncia en Roma y, finalmente, a la rendición, temporal, tras darse cuenta de que no podría defender título en París.

Más allá de lo físico hay otro plano, el mental, que también obliga a Nadal a parar. Este es el clave en la decisión más drástica del jugador balear, que no sólo se perderá Roland Garros, si no que va a dejar de entrenar unos meses para resetear su cuerpo, pero también su cabeza. «No se puede estar siempre exigiendo más, más y más y hay un momento que el cuerpo saca la bandera y dice hasta aquí», reconocía Rafa en una rueda de prensa en la que también habló sin tapujos de frustración. «De otra manera no llegaré al año que viene», afirmaba, seguro de que parar es la única solución para volver en condiciones.

Objetivo Nadal: volver para disfrutar

Sin embargo, el motivo que más pesa en la decisión de Nadal es uno estrictamente deportivo, que coincide con la que es, probablemente, la frase más contundente que soltó en una rueda de prensa de máximo calado sentimental, informativo y en cuanto a hablar claro. «No me merezco terminar así, voy a esforzarme para que mi final sea de otra manera», soltó Rafa, sin tapujos, y dejando constancia de que no se retira ahora temporalmente porque sí, si no porque quiere brindarse un año completo en condiciones físicas, mentales y tenísticas para competir entre los mejores.

2024 debe ser para Rafa Nadal, si el físico le responde, un año de despedida –casi segura– pero también de felicidad, en la que pueda pasearse por los grandes torneos que él elija y competir de tú a tú con los mejores tenistas del mundo. Esto último es condición sine qua non para poder volver a la palabra clave, disfrutar, que es lo que Nadal cree que se merece después de una trayectoria de 20 años en la que los resultados han sido históricos, pero las lesiones también le han apartado de la felicidad en muchos frentes.

Las consecuencias de la retirada de Nadal

El parón será balsámico para Nadal, o eso busca el tenista, que quiere apartarse para recuperar cabeza y cuerpo y poder volver más fuerte de cara a un final feliz en 2024. Sin embargo, decir que no en primera instancia a Roland Garros y después al resto de torneos del año reportará consecuencias negativas en el tenista balear, empezando por su ranking.

Nadal caerá al puesto 130 del ranking ATP cuando acabe Roland Garros, momento en el que perderá 2.000 de los 2.445 puntos que tiene actualmente en la clasificación. El resto, se irán diluyendo en un periodo de baja que finalizará con el balear, como mínimo, fuera de los 300 primeros jugadores del ranking. Rafa podrá tirar de invitaciones o del ranking protegido ATP cuando esté preparado para volver, pero lo hará sin la condición de cabeza de serie necesaria para evitar duelos ante Djokovic, Alcaraz o Medvedev que podrían pasar a darse ahora en una primera o segunda ronda de torneos importantes.

Con ese límite –y peligro– tendrá que lidiar Nadal cuando vuelva al circuito, mientras deja vía libre para que Djokovic tenga más opciones de convertirse en el tenista con más títulos de Grand Slam de la historia, rompiendo, si gana Roland Garros, Wimbledon, o el US Open, el empate técnico de ambos con la asombrosa cifra de 22 grandes en sus trayectorias. Roland Garros quedará huérfano, temporalmente, por la ausencia de Rafa, quien aunque volviera a final de año –deslizó que la Copa Davis era una posibilidad– no podrá disputar las ATP Finals. Una lista, la de las consecuencias, que es larga, pero sin duda menos relevante que los motivos que invitan a parar a Rafa Nadal, y cuando se da este caso, no debe caber duda de que estamos ante la decisión correcta.

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