¿Y si nadie quiere los Juegos Olímpicos del 2024? Madrid espera su turno
El movimiento olímpico vive momentos convulsos. Nunca antes se había visto renunciar a tres de las cinco ciudades candidatas a acoger unos Juegos Olímpicos desde que el sistema actual se implantó. Los días en los que las ciudades agasajaban a los miembros del COI parecen haber llegado a su fin. Los Ángeles y París se han quedado como las únicas candidatas a 2024, una situación que ha despertado una gran reflexión interna en el organismo.
El COI se ha quedado sin poder de elección entre las mejores capitales del mundo. Los Juegos Olímpicos, sin duda, siguen siendo un negocio rentable, pero las últimas experiencias ruinosas tanto en Atenas como en Río de Janeiro han demostrado que oro no es todo lo que reluce. Además, el mantra de corrupción e inversión desmedida que rodea a la elección de la ciudades perjudica al interés ciudadano por acogerlos. No en vano, la candidatura de Budapest fue recientemente tumbada por sus propios habitantes.
«Tú no puedes montar una candidatura si no cuentas con el apoyo social», admite el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. El dirigente gallego sostiene que las tres candidaturas frustradas de Madrid fueron por hacer propuestas adelantadas al tiempo. «Nosotros hicimos una candidatura austera, realista, con el 70% de las instalaciones construidas… Nuestra tragedia fue que la presentamos por última vez el 7 de septiembre de 2013», admite Blanco.
Un año después, el presidente del COI Thomas Bach inauguró la Agenda 20+20, que casualmente apoyaba todos los postulados defendidos por las candidaturas de Madrid anteriormente. «A raíz de esa modernización, Tokio 2020 anunció que reduciría su presupuesto en la construcción del estadio olímpico, que usarían instalaciones de los Juegos del 64 y eso fue aplaudido por todo el país. Al final lo que propuso Madrid ha sido copiado. Nosotros hicimos los Juegos del futuro adaptándonos a la realidad social del país», añade el máximo representante olímpico español.
Elegir entre Trump o Le Pen
El próximo 13 de septiembre en Lima (Perú) se decidirá si París o Los Ángeles acogerán la cita de 2024. Hasta se ha llegado a especular con que el COI intentaría romper con sus estatutos repartiendo entre ambas candidaturas los Juegos de 2024 y 2028 para volver a tener la atención de las grandes ciudades. Esa opinión se contradice otro pensamiento dentro de la organización, que sostiene que hay que ir a por objetivos concretos para expandir el movimiento olímpico. ¿Quizá en África?
El hecho es que ni en el mismo COI saben si fiarse de las dos candidaturas que les quedan por motivos políticos. En el verano 2024, Donald Trump podría seguir siendo presidente de los Estados Unidos, lo que presumiblemente supondría el veto tanto de los países latinos como de los islámicos. El COI se teme un boicot como ocurrió décadas atrás, algo que en mundo actual globalizado resultaría como una daga al corazón del movimiento olímpico. Sin ir más lejos, el miembro del COI Richard Peterkin, uno de los 98 que votan, indicó en las redes sociales que «las leyes de inmigración de Trump van en contra del movimiento olímpico».
A París le amenaza una Marine Le Pen –podría habitar el Eliseo en abril– que no se ha pronunciado explícitamente en contra de los Juegos Olímpicos, pero cuyo programa político recoge recortes ostensibles y un proteccionismo extremo que ponen en duda su voluntad de que Francia desee hacerse cargo del evento. El ex piragüista olímpico Tony Estanguet es una de las cabezas visibles de la candidatura asegura que cuentan con todo el apoyo de las actuales autoridades, pero admite que «Le Pen puede estropearlo todo».
«Esta elección deja claro al COI que quizá el momento de elegir entre varios candidatos ha pasado y que hay que centrarse en atraer mercados crecientes con un buen proyecto», apunta Blanco. Al ser preguntado sobre si Madrid podría presentarse en una hipotética renuncia de los dos candidatos actuales sonríe. «Nosotros tenemos todo preparado para acoger unos Juegos Olímpicos. Sería cuestión de ponerse de acuerdo. Hemos demostrado que teníamos razón en nuestros postulados de los últimos años», zanja.