A Isco no se le agotan las vidas
Ya está aquí, ya llegó el mejor Isco Alarcón. Su historia parece repetirse temporada tras temporada. Suele haber unas semanas en las que el malagueño baja su nivel y se encienden las alarmas, sobre todo porque es un jugador al que no le gusta ser suplente y porque siempre que habla lo hace bastante claro, sin tirar de tópicos. Pero el joven de Arroyo de la Miel ha superado ese bache y ha vuelto a ganarse el puesto y la confianza de Zidane a base de sacrificio y buen fútbol.
Este domingo, en La Rosaleda, volvió a exhibirse ante la que fuera su afición, que le guarda un cariño muy especial. El Real Madrid fue muy superior al Málaga, pero fue Isco el que marcó la diferencia. Primer con un fantástico gol de falta y luego con una exquisita asistencia para que Casemiro hiciera el 0-2. Suena casi repetitivo, pero estamos ante una nueva resurrección del malagueño, al que el parón internacional le vino de perlas para recuperar la confianza.
Zidane siempre ha confiado en él
Tras salirse con La Roja, volvió a la disciplina merengue con ganas de dar la vuelta a su situación, pues estaba siendo suplente en la mayoría de encuentros importantes. Y así ha sido. Zidane, que siempre ha confiado en él y que ha sido su gran valedor, le ha devuelto la titularidad cuando ha considerado que lo merecía e Isco no ha defraudado.
Es un jugador especial tanto en el campo como fuera de él. Siempre está en el ojo del huracán por esa sensación que puede desprender de excesiva parsimonia. Pero Isco es así y no va a cambiar. Es un genio tocado por una varita que puede y debe ayudar muchísimo al Real Madrid en este tramo final de temporada. Y, por si fuera poco, ha pasado a ser un símbolo del madridismo en su lucha contra algunos medios de comunicación por la doble vara de medir con el conjunto blanco y el Barcelona.